viernes, 6 de junio de 2008

No enseñar a un hombre que está dispuesto a aprender es desaprovechar al hombre. Enseñar a quien no está dispuesto a aprender es malgastar la palabra.

(Cuadro del pintor Rob Gonzales, a quien descubrí gracias a Henrique Viola)
Muchos días tengo horas de gloria vespertina. Entro por las puertas y sé que estoy en casa. Me reciben sonrisas, me conocen al llegar e intuyen adónde me dirijo. Estoy en Beta Sierpes o en La Casa del Libro. Voy a novedades, o a historia y filosofía. A veces me paso por infantil y juvenil. La más de las veces voy a poesía. En Beta, sobre el escenario, a la derecha, encuentro lo que busco. En la Casa del Libro subo a la cuarta planta y estoy en la presentación de un libro, casi siempre de poesía, aunque me gusta dejarlo al azar, y entrar, por ejemplo, a ver un documental sobre Bouvier, en francés, por supuesto. Cuando bajo por las escaleras me acompañan las palabras o los versos de Homero ("Canta, oh Musa, la cólera del Pélida Aquiles..", o Lao tsé diciendo que "las palabras de la verdad siempre son paradójicas". Y siento que todo es verdad, y que lo único lamentable de la tarde es que mi presupuesto se agota en estas visitas y aumenta el listado de libros a los que mi codicia libresca me impulsa. Pido marcapáginas originales para los alumnos e intento un regateo en el precio del pedido de la Biblioteca que espero que Eugenio agradecerá. Salgo con la ilusión de que la Biblioteca "Nulla dies sine linea" sea también un una casa temporal para los alumnos que aman los libros.

3 comentarios:

José Enrique Viola Nevado dijo...

Con consternación amiga lectora, hemos comprobado que no ha incluído la FNAC en esa lista de librerías hispalenses.

Tampoco entendemos como has podido pasar al lado de las pilas de ejemplares del Bruckner sin adquirir ninguno.

Lola Roldán Riejos dijo...

La FNAC es para los fines de semana, durante ésta me coge muy lejos del punto fijo de las tardes: el conservatorio de música de Jesús del Gran Poder. (oh, qué nombre de calle!).
Pascal B. está en mi lista de futuras adquisiciones. Ya caerá. Ahora estoy con Trapiello, Étienne Klein y Sun Tzu (éste último me ha decepcionado, ahora creo que me buscaré el de Clausewitz).

José Enrique Viola Nevado dijo...

¡Qué barbaridad1
Con semejante elenco de futuras lecturas supongo que no le quedará tiempo para el Programa de Ana Rosa.