martes, 28 de septiembre de 2021

El Día Internacional de la Traducción


El Día Internacional de la Traducción se celebra cada año el 30 de septiembre, fecha en que se conmemora el fallecimiento de San Jerónimo/Jerónimo de Estridón, responsable de la Vulgata, la versión más conocida de la Biblia al latín, y santo patrono de los traductores. La celebración ha sido promovida por la FIT (Federación Internacional de Traductores) desde su creación en 1953. En 1991 la FIT lanzó la idea de un Día Internacional de la Traducción oficialmente reconocido, para mostrar la solidaridad de la comunidad de traductores en todo el mundo en un esfuerzo por promover la profesión de traductor en los diferentes países.

 En 2017, la Asamblea General de las Naciones Unidas decide declarar el 30 de septiembre Día Internacional de la Traducción e incorporar esta conmemoración a su calendario de efemérides. Con esta declaración se reconoce la labor de los intérpretes y profesionales lingüísticos y al importante papel que desempeñan en acercar a las naciones, También se quiere rendir un tributo a los traductores profesionales, responsables de trasladar de un idioma a otro una obra literaria o científica.

 Desde 2014 la FIT viene escogiendo un lema para esta efeméride. El de 2021 es Unidos en la traducción (United in translation).

 Bien vienen todos estos reconocimientos para un oficio que, tradicionalmente, ha oscilado entre la invisibilidad y la mala fama, con el dicho de traduttore traditore como perpetuo baldón. El lector avezado recordará las pésimas versiones hispanas de los clásicos infantiles británicos o las pintorescas versiones realizadas de Agatha Christie y otras figuras de la literatura de kiosco. Pero este anecdotario pulp no debe ocultar la trascendencia de una labor que ha forjado algunos de los episodios más gloriosos de nuestra historia, en particular las medievales escuelas de Traductores de Toledo y de Sevilla, o la traducción de la Biblia al castellano realizada por los monjes del monasterio de Santiponce y que culminaría en la Biblia del Oso de Casiodoro de Reina, uno de los monumentos de la literatura de nuestro Siglo de Oro.

El Día Internacional de la Traducción no solo sirve para reavivar pasadas glorias. Nos recuerda una realidad cada vez más acuciante. La propia ONU al reconocer la jornada visibiliza el ejército de trabajadores de este sector que sirven en esta institución y en sus filiales. Los medios digitales prestan un valioso servicio en esta tarea, pero, a día de hoy, todavía se encuentran muy lejos de aportar los matices que el intérprete avezado domina y la seguridad que aporta su trabajo. El exceso de literalidad, los falsos amigos, los dobles sentidos son trampas en las que la cacareada inteligencia artificial cae a las primeras de cambios. Por poner un ejemplo, la revolución de las series servidas por plataformas digitales no sería posible sin la celeridad de los traductores que trabajan desde sus casas para acortar los plazos de entregas o sin la disponibilidad de los redactores de subtítulos o los actores de doblaje.

De la misma forma que creíamos factible llegar a un traductor universal, también dábamos por hecho que el inglés sería el idioma universal, el nuevo latín, la lingua franca que sancionaría el triunfo de Occidente y el fin de la historia. Hoy vemos como el castellano recupera terreno y plantea batalla, mientras el chino, el ruso o el árabe exigen cuotas de representación cada vez mayores. Repetimos que, en estas circunstancias, el traductor, el intérprete y el actor de doblaje son obligados compañeros de viaje. En una globalización cada vez más descarnada, el conocedor de dos (o más) idiomas adquiere una reverencia digna de los héroes o los sacerdotes. Existen palabras para todo y reivindicamos el olvidado término truchimán para estos pontífices del entendimiento.


El Día Internacional de la Traducción es una de las efemérides vinculadas con el libro y la lectura que el Centro Andaluz de las Letras conmemora cada año en colaboración con otras entidades y asociaciones. Hasta el momento, la jornada se ha celebrado siempre en Málaga, en la propia Sede del Centro Andaluz de las Letras y con una conferencia como acto central. Suman ya ochos años (y consecutivos) en los que se ha contado como conferenciantes a traductores literarios de reconocido prestigio. Muchos de ellos cuentan con el Premio Nacional de Traducción y otros grandes reconocimientos.

En el presente 2021, el Centro Andaluz de las Letras, y en colaboración con ACE Traductores (sección autónoma de la Asociación Colegial de Escritores de España) y el Máster en Traducción para el Mundo Editorial de la UMA, el Día Internacional de la Traducción con la conferencia “¿De qué color es la traducción? Una respuesta polifónica a Amanda Gorman” a cargo de los traductores y profesores de traducción Belén Santana y Gabriel López Guix.

El acto será moderado David Marín Hernández, coordinador del Máster en Traducción para el Mundo Editorial.

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 Procedencia de la imagen:

 

https://lasoposiciones.net/que-debo-estudiar-si-quiero-ser-traductor.html

domingo, 26 de septiembre de 2021

Inicio del curso 2021 - 2022

 


La primera entrada del curso escolar solemos dedicarla a exponer los proyectos y líneas de actuación y alabar su continuidad. En el presente curso, lamentablemente, nos limitaremos a confirmar que persisten todas las medidas de prevención y control de la pandemia que ya se aplicaron el curso pasado. No sabemos hasta cuando se mantendrá este estado de cosas, pero aun cuando la situación sanitaria se encuentra cada vez más controlada, lo más probable es que el régimen de contención se aplique durante todo el curso.

 

Un curso más, pues, nos vemos obligados a efectuar una serie de dolorosos sacrificios. El más severo ha sido renunciar a ese recreo multitudinario (No había día en el que no llegáramos al lleno absoluto) en el que nuestra biblioteca servía de sala de lectura, lugar de estudio, consulta de internet para trabajos y sede de los jugadores de ajedrez. Mientras sigan vigentes las normas que limitan el aforo, todas estas actividades quedan en suspenso, que no suprimidas. Tampoco podremos contar con un servicio de tanta solera como el de alumnos ayudantes de biblioteca, inútil en estas circunstancias.

 

Otro servicio que seguimos sin poder prestar es el de sala de estudio en horario escolar para alumnos que convalidaban y, de forma excepcional, cuando faltaba algún profesor. El aforo se ha reducido a un máximo de diez personas y se correría el riesgo de mezclar alumnos de distintos grupos y extender un posible contagio.

 

 Por otra parte, y dadas las acuciantes necesidades de espacio de este curso, la biblioteca servirá, un año más, de sede del aula de convivencia. Gestionar este entorno destinado a la disciplina y a la resolución de conflictos será una tarea más del profesorado que formamos el equipo de esta institución. Dado que este uso supone la entrada de alumnos de cursos distintos en horas diversas, la biblioteca será desinfectada en las entreclases cuando llegue a ser empleada con estos fines. El servicio de limpieza está advertido y realiza esta tarea con prontitud y eficiencia. Recordemos que la lucha contra el contagio es nuestra mayor prioridad.

 

Parece que evocamos un tiempo muy lejano (y más feliz) cuando el paso del año estaba marcado por el desarrollo de actividades de animación lectora, que han hecho famosa a nuestra biblioteca: el Cementerio de Libros Olvidados, la celebración del Día de la Constitución, las Jornadas del Cómic, la Navidad, el Día de Andalucía, el Día de la Mujer, por citar solo los ejemplos más representativos.

 

En un principio, parecía confirmarse la prohibición de permitir sacar a los alumnos de sus clases. Mucho menos mezclar escolares de grupos diversos. Pero las últimas noticias apuntan a una relajación de esta norma, por lo que se abre un resquicio para la celebración de actividades extraescolares. De todas formas, estas jornadas educativas exigen una dilatada preparación, difícilmente compatibles con las difíciles circunstancias que todos los miembros de la comunidad educativa estamos viviendo. Simultanear la enseñanza presencial con la virtual supone redoblar esos esfuerzos. Este tiempo que nos ha tocado vivir si para algo debe servirnos, es para ser realistas.

 

Por tanto, en el momento de escribir esta reseña, la única de las actividades que se mantiene es el préstamo. Pero este servicio implica muchas tareas como ordenar los estantes, actualizar el catálogo, forrar libros y, sí, proseguir con la política de adquisiciones. Nuestro buzón de sugerencias sigue para abierto para los alumnos y el resto de la comunidad educativa y nuevos ejemplares se incorporan ya a nuestra colección y otros están en camino. El ávido lector tendrá noticias de las incorporaciones al contemplar la estantería de novedades, estratégicamente colocada junto a la sección de préstamos, y, por si hubiera alguna duda, a través de las reseñas que iremos incorporando en este blog.

 

 En este curso hemos conseguido iniciar el servicio de préstamo desde el primer día lectivo. Recordamos que, en horario de recreo, los alumnos entrarán de uno a uno y cumplirán el resto de normas exigidas por la nueva normalidad (uso obligatorio de mascarillas, empleo del gel hidroalcohólico y distanciamiento entre el profesor de biblioteca y el usuario). Aunque se ha probado que los libros no contagian, se mantiene el aislamiento de los ejemplares devueltos durante un plazo no inferior a las cuarenta y ocho horas.

 

Demasiadas renuncias y demasiadas normas hemos trazado en unos pocos párrafos. Pero no olvidemos, que en esta época de adversidad hemos salvado el primero de nuestros tesoros: los libros. El segundo, el gusto por la lectura y su fomento, no tiene por qué perecer o interrumpirse. Desde aquellos lejanos tiempos en los que la profesora Lola Roldán reinventó la Biblioteca “Nulla Dies Sine Linea” hemos transmitido el amor por los libros entre alumnos y profesores, hemos contribuido en la formación de jóvenes bibliotecarios, novelistas, dibujantes, guionistas, figurantes y hasta actores. Ha sido una inversión sostenida año tras año, y por seguir con las analogías bancarias, esos activos están dispuestos para rendir fruto. En este curso las clases pueden aprovecharse para promover la fama de tal o cual autor, pueden celebrarse en las aulas las efemérides lectoras de formas alternativas, pueden emplearse las plataformas educativas para compartir libros en formatos digitales… Para la labor de enseñar a disfrutar de la palabra escrita (y del cómic), no nos enfrentamos a una crisis, sino simplemente a un cambio de escenario.

 

Es este compromiso el que nos movió el año pasado a los profesores responsables de la organización y el funcionamiento de la biblioteca a seguir en el proyecto, sin importarnos las nuevas condiciones de nuestro trabajo. Este año hemos confirmado nuestro compromiso, ya sea bajo las complicadas circunstancias actuales, ya en un entorno más esperanzador.

 

En este escenario de rupturas, un cambio de enorme trascendencia ha sido sustituir el longevo sistema de gestión de bibliotecas escolares Abies por el sistema Séneca. Se trataba de un cambio necesario pero muy dificultoso, pues había que transferir todo el fondo de libros y todos los préstamos que en ese momento estuvieran “vivos”.  Hemos pasado más de un mes registrando a mano la entrega de libros a domicilio y anotando su vuelta, hasta que el nuevo sistema ha llegado a estar completamente operativo. Ni que decir tiene que este traspaso hubiera sido infinitamente más dificultoso en uno de esos cursos en los que nuestra biblioteca funcionaba a todo ritmo.

Los profesores que este trabajamos en la biblioteca nos hemos visto obligados a aprender el funcionamiento del nuevo sistema, formación que realizamos al poco de implantarse este programa. De esta forma, este año hemos podido iniciar el préstamo desde el mismo quince de septiembre.

Estos profesores que trabajamos en la biblioteca somos los siguientes:

 

-        Manuel Arroyo Jaraba

-        Daniel Carmona Gómez

-        Aurelia Díaz Ramírez

-        Juan Farfán Espuny

-        Inmaculada García Barrera

-        Feliciana González Chico (Coordinadora)

-        Rocío Jiménez Arce

-        Ángela M.ª Martínez Villegas

-        Francisco Martín Martín

-        Francisco Palomares Merino

-        Encarnación Sánchez Jiménez

-        José Enrique Viola Nevado

-        Carolina Wic Rodríguez

Se observará que este elenco viene a reiterarse año tras año. Evidentemente la familiaridad con la biblioteca resulta conveniente porque agiliza el reparto de tareas y garantiza que estas labores se lleven a cabo con eficacia. Como en años precedentes, se ha procurado que la selección represente el panorama de departamentos didácticos del Vélez.

 

Como incorporación destaca Carolina que desde el primer día ha mostrado su interés por trabajar en nuestros distintos proyectos.

 

Por desgracia, tenemos que hablar también de despedidas. No contamos este curso con Carmen Carrasco y es una verdadera pena, pues se trata de una colaboradora con sobrada experiencia, y cuya labor en la realización de las actividades educativa va a resultar difícil de reemplazar.

 

Con la supervisión del equipo directivo se diseñó el siguiente horario de guardias de biblioteca:



Que a lo largo de estas horas, de muchas de nuestras clases y de algunos desvelos en nuestras casas podamos llevar a la práctica nuestro proyecto. No en vano, es en la oscuridad donde más precisa y donde más destaca resulta la antorcha de la civilización.

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La ilustración que encabeza esta entrada tiene como autora a la ilustradora inglesa Cate Simmons. Su título es El chico que leía a los dragones… [The boys who reads  to dragons… ]

 Procedencia de la imagen:

https://www.flickr.com/photos/steeringfornorth/14541205959/in/dateposted/