sábado, 29 de enero de 2022

Textos para el Día de la Paz: Fray Luis de León

 


Este es el marco: No lejos de Salamanca, a orillas del Tormes, en la quinta La Flecha un 29 de junio, festividad de San Pedro Apóstol de un año que no se precisa, pues el relato está empapado de esa eternidad que presentan los primeros días de las vacaciones estivales.

Salen a escena tres personajes, tres estudiosos (Marcelo, Juliano y Sabino) que aprovechan el tiempo de asueto, pues han cesado en Salamanca los estudios, para buscar un lugar fresco y con sombra suficiente para resistir los ardores del solsticio. Cuando lo encuentran, un emparrado inmediato a una fuente, comienzan a discurrir que sobre el significado de los nombres con los que las profecías bíblicas anuncian y prefiguran a Jesucristo.

 Se ha supuesto que los protagonistas son frailes agustinos, pues así lo era su autor y La Flecha era una granja propiedad de esa orden. Algunos proponen que -frailes o laicos- podrían tratarse de personas reales ocultas por pseudónimos. Pero, Fray Luis, que se detiene en describir detalladamente las bellezas y amenidades de La Flecha, deja intencionadamente esbozados a los dialogantes. Parece decirnos que cualquiera de nosotros podemos participar en ese debate, o más bien que cualquiera de nosotros podemos vernos reflejados bien en el impetuoso Sabino, bien el tranquilo Juliano o bien en el melancólico Marcelo. Como en tantos cuadros de la época vienen a representar las tres edades del hombre, o, más bien, la evolución del hombre a lo largo de los años, mudanza expresada en el adagio Cambian los tiempos y nosotros cambiamos con ellos. Visto así, bien pudimos ser Sabino, somos ahora Juliano y tal vez seamos Marcelo. Concluyamos con que tres varones de distintas edades y tres varones sabios que buscan a Jesús, recuerdan irresistiblemente a los Reyes Magos de Oriente.

Una vez concluida la presentación, Fray Luis pasa a desglosar los curiosos apelativos (Pimpollo, Faces de Dios, Pastor, Padre del Siglo Futuro…) que se encuentran en la Sacra Escrituras referidos al Salvador del Mundo. Cuando llega al de Príncipe de Paz, la noche ha caído sobre la Flecha y el ejército de estrellas se refleja en sus estanques. Los estudiosos no necesitan ya ampararse de los ardores estivales, pero continúan en esa especie de rústico cenador disfrutando ahora de la suavidad de una noche de junio.

Llegados a este punto, nos encontramos con un manifiesto sobre la Paz que no reproducimos dada su considerable extensión, pero que no pierde a lo largo de ella su contundencia. Lo más probable es que al lector moderno no le interese una lección de cristología y lo más seguro es que tampoco valore la trabajada síntesis que Fray Luis logra de las fuentes clásicas, hebraicas y patrísticas. Pero le será difícil pasar por alto la valoración que de la Paz hace nuestro escritor, y como lo expresa en un castellano tan sencillo y tan límpido, que en verdad parece agua que mana de una de las fuentes de la Flecha. Ya hemos mencionado el arsenal de autores a los que cita. Pues bien, logra incorporarlos a ese diálogo con naturalidad y sin pedantería, no por erudición sino cuando su testimonio resulta oportuno.

Fray Luis valora tanto la Paz, que más que presentarla como don de Dios, da a entender que no se puede entender a la divinidad si no está asociada a ella, como si fuera un atributo a la escala de la eternidad o la omnipotencia. Y así lo deja expresado: «Y si la paz es tan grande y tan único bien, ¿quién podrá ser príncipe de ella, esto es, causador de ella y principal fuente suya, sino ese mismo que nos es el principio y el autor de todos los bienes, Jesucristo, Señor y Dios nuestro?».

Nuestro escritor ha popularizado la imagen de la Paz como reposo, pero esa es solo unas de las facetas del discurso. La Paz -afirma- es «el bien de todas las cosas» y «es amada y seguida y procurada por todos». Otros autores y artistas del Renacimiento explotaron los tópicos de la paz armada, la guerra justa, la paz como concordia, la paz como garante de la prosperidad, la paz como merced de la guerra, las espadas transformadas en arados, los yelmos que acogen colmenas… El fervor con el que en esa época se leían los clásicos y el renovado interés por los textos bíblicos habían puesto todas esas metáforas en circulación. Muy oportunamente, pues los belicosos Austrias no tardaron en incorporarlas a la propaganda de su dinastía. Pero, contra todo pronóstico, no son recogidas por un humanista como Fray Luis.

Y es que nuestro escritor no considera la Paz como causa o consecuencia, sino como principio y fin, como «blanco a donde enderezan su intento y el bien a que aspiran todas las cosas».

Al entronizar a la Paz en categorías tan excelsas, corría el riesgo de convertirla en alturas inalcanzables, en un numen inútil en suma. Pero ya en el inicio de su discurso Marcelo / Fray Luis señala la aspiración de la Humanidad a gozar de sus beneficios.  Pues las almas «convencidas de cuánto les es útil y hermosa la paz, se comienzan ellas a pacificar en sí mismas y a poner a cada una de sus partes en orden».

Lamentablemente, la Paz era entonces, como ahora, un bien escaso. Fray Luis de León conocía bien la fuerza, la mudanza y el desorden de nuestras pulsiones y no se hacía ilusiones sobre lo que cada uno alberga en su corazón. Para persuadirnos de la conveniencia de buscar esa paz que es sosiego y concierto traza este embravecido panorama de la condición humana:

«Porque ¿qué vida puede ser la de aquel en quien sus apetitos y pasiones, no guardando ley ni buena orden alguna, se mueven conforme a su antojo? ¿La de aquel que por momentos se muda con aficiones contrarias, y no sólo se muda, sino muchas veces apetece y desea juntamente lo que en ninguna manera se compadece estar junto: ya alegre, ya triste, ya confiado, ya temeroso, ya vil, ya soberbio? O ¿qué vida será la de aquel en cuyo ánimo hace presa todo aquello que se le pone delante?; ¿del que todo lo que se le ofrece al sentido desea?; ¿del que se trabaja por alcanzarlo todo, y del que revienta con rabia y coraje porque no lo alcanza?; ¿del que lo alcanza hoy, lo aborrece mañana, sin tener perseverancia en ninguna cosa más que en ser inconstante? ¿Qué bien puede ser bien entre tanta desigualdad? O ¿cómo será posible que un gusto tan turbado halle sabor en ninguna prosperidad ni deleite? O, por mejor decir, ¿cómo no turbará y volverá de su calidad malo y desabrido a todo aquello que en él se infundiere?»

Tras alentarnos a acoger a la Paz en nuestros corazones, hábilmente, nuestro escritor nos convence de que pasar de lo individual a lo colectivo a través de la figura del otro, el prójimo. Y en esta operación introduce un concepto fundamental: el respeto, el reconocimiento a la diferencia. Este es su testimonio:

«Es, pues, la paz sosiego y concierto. Y porque así el sosiego como el concierto dicen respecto a otro tercero, por eso propiamente la paz tiene por sujeto a la muchedumbre; porque en lo que es uno y del todo sencillo, si no es refiriéndolo a otro, y por respeto de aquello a quien se refiere, no se asienta propiamente la paz».

Nos encontramos con una de las primeras formulaciones de la tolerancia, insólita en un religioso, súbdito además de Felipe II. O tal vez, esta afirmación no quede tan huérfana. A corta distancia de La Flecha se encontraban los claustros, las aulas magnas y los paraninfos de Salamanca. Allí, otros hombres, argumentaron, discutieron y fundaron el derecho de gentes, asentando los cimientos del Mundo Moderno. Los ecos de esta revolución se adivinan en el discurso de Fray Luis, en sentencia tan lapidarias como «dar su derecho a todos cada uno, y recibir cada uno de todos aquello que se le debe sin pleito ni contienda.»

En conclusión, el concepto de la Paz de Fray Luis y las implicaciones que desarrolla resultan muy novedosas para su época. No obstante, no podemos calificarla de ‘modernas’ sin más. Más bien resultan atemporales, imperecederas, ejemplares. Efectivamente, la Paz es un fin en sí misma, su búsqueda se inicia calmando las pasiones de cada individuo y su eficacia se propaga al considerar cuál es el bien colectivo. Y estas verdades las dirige primero a los buenos cristianos, pero también las hace extensivas a todos los hombres. Para ello emplea un castellano claro, preciso, libre de artificios.

En verdad nos encontramos ante un verdadero monumento de la lengua castellana, un texto por tanto doblemente recomendable por sus aquilatados valores literarios y por lo excelso de su pensamiento.  Pero no nos engañemos. Fray Luis no busca que lo admiremos, lo que quiere es que trabajemos por la Paz.


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 El texto íntegro ha sido publicado por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes:

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/de-los-nombres-de-cristo--2/html/

La imagen que hemos escogido como cabecera es la litografía titulada «El reino Pacífico» o, más bien, «El Reino Pacificador», versión que nos parece más ajustada al original «The Peaceable Kingdom».  Su autor es el americano Fritz Eichenberg quién la estampó en 1950.

 

 Procedencia de la imagen:

 

https://www.dia.org/art/collection/object/peaceable-kingdom-44398

miércoles, 12 de enero de 2022

Cecilia Böhl de Faber autora del año 2022

 


El Centro Andaluz de las Letras (CAL) de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico ha acordado proponer como Autora del Año 2022 a la escritora Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea (Morges, Suiza, 1796-Sevilla, 1877), más conocida por el seudónimo masculino de Fernán Caballero, quien representa “un eje clave de la historia literaria española del siglo XIX”, según la valoración unánime de la comisión asesora del CAL, encargada de la designación.

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha destacado que “con este homenaje de reconocimiento a Cecilia Böhl de Faber buscamos devolver la importancia que tuvo como creadora. La escritora, que vivió entre Cádiz y Sevilla, fue la autora de celebradas novelas como La Gaviota”.

Para la comisión asesora del CAL, presidida por su directora, Eva Díaz Pérez, y de la que forman parte –entre otros– Luis García Montero, Rosa Romojaro, Ana Rossetti, Aurora Luque y Javier Álvarez, director de la Biblioteca de Andalucía, “durante muchos años Fernán Caballero ha formado parte de las materias curriculares en los centros educativos y del imaginario popular, pero la intención del CAL se basa ahora en abordar su figura desde la modernidad y revisar los clichés que la han definido como símbolo de cierta corriente reaccionaria”.

La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico homenajea cada año, a través del Centro Andaluz de la Letras, a uno o varios autores andaluces con el objeto de mantener y acrecentar la memoria literaria de figuras tan importantes como Cernuda, Alberti, María Zambrano, Manuel Altolaguirre, Luis de Góngora, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y José Antonio Muñoz Rojas, Luis Rosales, Francisco Giner de los Ríos, José Moreno Villa, María Victoria Atencia, Pilar Paz Pasamar, Antonio Gala, Julia Uceda, Pablo García Baena, Manuel Alcántara, Emilio Lledó o Emilio Prados, autor homenajeado en el pasado 2021.

La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico realizará, a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales (AAIICC) y del Centro Andaluz de las Letras, un programa de actividades que se desarrollará durante todo el año 2022 y que revisará el papel de Cecilia Böhl de Faber como verdadera renovadora de la novela española de mediados del siglo XIX que eclosionaría en el realismo y el naturalismo. Así, a lo largo del próximo año se realizará una exposición y la publicación de un catálogo científico, una antología y un cuaderno didáctico que se distribuirá por los centros educativos andaluces. Además, se desarrollarán diversos homenajes y actividades como jornadas, campañas de narrativa digital y paseos literarios.

Con este nombramiento se busca ahondar en su obra y su vida con una mirada contemporánea ajena a los tópicos que en ocasiones han eclipsado la fuerza creadora e innovadora de esta escritora poliédrica y contradictoria. Una autora que toda su vida se debatió entre sus aspiraciones literarias y su deber moralista, un tema que se desvela en su abundante correspondencia convertida en curioso laboratorio de experimentación narrativa.

Cecilia-Fernán era hija del hispanófilo y cónsul alemán en Cádiz Juan Nicolás Böhl de Faber y la también escritora Frasquita Larrea, impulsora de célebres tertulias en el Cádiz de las Cortes. Entre sus novelas de costumbres destacan -además de La Gaviota y La familia de Alvareda- Clemencia, La Estrella de Vandalia, Una en otra, Un servilón y un liberalito o sus libros dedicados a la recopilación de la literatura popular.

Cecilia Böhl de Faber pertenece al grupo de creadoras del siglo XIX como Emilia Pardo Bazán, Carolina Coronado, Gertrudis Gómez de Avellaneda o Rosalía de Castro. Y también se vincula a esa saga de autoras que practicaron el juego del doble usando un seudónimo masculino como las hermanas Brontë con Charlotte (Currel Bell), Emily (Ellis Bell) y Anna (Acton Bell); Marie Anne Evans (George Eliot) o la francesa Amantine Aurore Dupin (George Sand) también aficionada a fumar en público como Cecilia, habitual ‘tomadora’ de tabaco inglés.

Aportamos a la redacción de este comunicado lo acertado que nos parece esta elección. La contemplamos como una apuesta por ese tumultuoso siglo XIX en el que Andalucía se abrió al Mundo y comenzó a fraguarse –y a manifestarse- la identidad de nuestra región. La aportación de Böhl de Faber a este proceso fue fundamental, como es bien sabido.

Pero los méritos de Cecilia Fernán van mucho más allá de su legado literario. Su larga vida es un auténtico novelón romántico, casi un folletín, plagado de viajes y de tres sucesivos matrimonios más un romance que no llegó a buen puerto, según se cuenta. Cecilia fue una mujer preparada, cosmopolita y valiente, que no vaciló en hacer y rehacer su vida como le vino en gana y en participar activamente en la política de su época, nos guste o no las líneas de su pensamiento, coherente por otra parte con sus escritos.

Como en tantas novelas de la época, el último capítulo lo ocupa una vejez larga en los que la protagonista pasa de los salones de la alta sociedad a los rigores de la pobreza, bien que aliviada en su caso por la munificencia de los duques de Montpensier. Buscó entonces paz y sosiego y lo encontró en una casa de la calle Juan de Burgos, calle que hoy lleva su nombre. Allí esperó tranquilamente que llegara la muerte, como quien espera el descanso tras la faena o la paz tras la guerra. La inevitable cita llegó un siete de abril de 1877.

La casa, el número 14, aún permanece en pie y parece conservar esa placidez que la escritora buscaba, aunque ahora esté rodeada por edificaciones modernas y por la apresurada animación de los aledaños de El Corte Inglés. Allí vino a morir otro mes de abril, pero de 1912, el pintor José García Ramos, otro renovador de la Andalucía eterna y otro creador que en vida fue juzgado como revolucionario y que tras su muerte recibió la sentencia de rancio. Y es que a nuestra tierra la presentan como fecunda y festiva, pero también alberga muchas sombras. El magnolio que aparece en la foto y que, según se cuenta, lo plantó la propia Cecilia, ya solo existe en la memoria de los nostálgicos. Al que lo taló y al que mandó talarlo, deles Dios mal galardón.

lunes, 20 de diciembre de 2021

Navidad

 


Un curso más, y lamentablemente ya van dos, los volúmenes de la Biblioteca del Vélez no abandonarán sus anaqueles para formar parte del árbol de los libros. Un año más hemos decidido renunciar a la decoración navideña.

Para llegar a esta triste decisión hemos tenido en cuenta que el montaje del árbol y del resto de la ornamentación supondría cerrar la biblioteca por unas horas y que esta medida no puede tomarse pues, recordemos, esta estancia funciona igualmente como aula de convivencia. También ha pesado en nuestros ánimos la circunstancia de que este ornamento restaría varios asientos de los lectores y estos están ya reducidos a la mitad de la capacidad ordinaria.

Tras llegar a esta renuncia, encontramos una nueva evidencia que acabó de justificarnos. El preocupante ascenso de cifras de contagiados del COVID en las últimas semanas aconsejaba prescindir de toda actividad que supusiese trabajo conjunto, participación de alumnos, reunión de personas bajo un mismo techo.

Un árbol navideño, a fin de cuentas, no cambia nuestras suertes, no decide cómo vamos a vivir las vacaciones, pero sí cartografía los ánimos. Y su ausencia no es una buena señal. Un curso más, y lamentablemente ya van dos, habrá que sacar fuerzas de la flaqueza.

Esta reseña debería seguir el discurso del aliento y de la superación de la adversidad. Pero lo cierto es que, en verdad, los libros están dejando sus anaqueles y se enjambran si no en árboles, sí en pirámides, montañas o cualquier metáfora que busquemos para explicar la línea ascendente de nuestro préstamo. La apertura de la biblioteca, aunque sea a medias, y la formidable entrada de publicaciones juveniles explican, en parte, este pequeño milagro.

Los que nos ocupamos del préstamo en los recreos podemos dar fe del trasiego de lectores que devuelven y sacan libros. El listado de libros solicitados para su adquisición también ha subido como la espuma. Tras las lánguidas cifras de todo el 2021, la actividad de nuestra biblioteca se disparó, se alzó sin vacilaciones y, creciendo en ligereza, amenaza con conquistar los cielos, pues su gráfica no conoce, de momento, la asíntota.

Nos enfrentamos, un curso más, y lamentablemente ya van dos, a un invierno rebosante de incertidumbres y rigores. Y una vez más, nos encontramos tan faltos de preparación como ese muchacho de la ilustración que avanza por la blanca noche invernal sin apenas abrigo. Pero en esta ocasión, contamos con un entusiasmado ejército de libros y de lectores. Con su ayuda, como el muchacho de la ilustración, encontraremos el camino en la nieve.

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 La ilustración tiene como autor al dibujante belga Hergé. Apareció en el desaparecido periódico bruselense Le XXe Siècle el día de navidad de 1928. Se encuentra reproducida en el libro Tintín y el Mundo de Hergé de Benoît Peeters (Barcelona, Juventud, 1990).

jueves, 16 de diciembre de 2021

Sorbitos de Lectura Andaluza

 

Para conmemorar el Día de la Lectura en Andalucía, el Departamento de Lengua y Literatura de nuestro Instituto ha desarrollado una actividad muy original.

El primer paso ha consistido en colocar un panel del pasillo principal el rótulo correspondiente y vasos decorados que contienen un folio de color enrollado. Estos folios contienen un fragmento de obras de autores andaluces como Vicente Aleixandre, Gustavo Adolfo Bécquer, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Ana Rossetti, Julia Uceda, Maria Zambrano…

Una vez realizada esta labor, se invita a todos los profesores que lo deseen, que acudan con sus alumnos a contemplar esta obra y que la disfruten “brindando” o “bebiendo un sorbito” de la literatura de nuestra región. Esto es, que lean algunos de los fragmentos y que “rellenen” los vasos que hayan quedados vacíos con fragmentos de otras obras o de otros escritores (o escritoras).

Esta inspirada y divertida forma de acercar nuestro ingente patrimonio literario tiene como responsable a la profesora Carolina Wic, del Departamento de Lengua y Literatura. Ha contado con la entregada colaboración de la profesora Maru González Matito, del Departamento de Educación Plástica y Visual. Maru ha pasado una semana trabajando a contrarreloj en la ornamentación de los vasos y desde luego, viendo el resultado, su labor ha sido tan ingente como lúdica. Tampoco podemos olvidarnos de los alumnos de 1º de la ESO y del PMAR que han redactado los fragmentos y que han ayudado en el montaje.

Está programado que la actividad se prolongue una semana, hasta el inicio de las vacaciones de Navidad. Por lo pronto, ha conseguido ya que los alumnos que han trabajado en su montaje y en la redacción de los folios conozcan a nuestros autores y comprendan que la literatura de nuestra región bien merece tener un día para celebrarla. Esperemos que participen otros cursos y que, a la par que se diviertan, aprendan algo sobre nuestros autores y el legado que nos dejaron.


domingo, 12 de diciembre de 2021

El Día de la Lectura en Andalucía

 

El fomento de la lectura en nuestra región y la valoración y difusión de nuestros escritores es lo que llevó a la Junta de Andalucía en 2005 a fijar un Día de la Lectura de Andalucía. Se escogió el día 16 de diciembre, porque en esa fecha del año 1927, con el Ateneo de Sevilla como escenario se produjo la clausura del homenaje a Góngora, en el tercer centenario de su muerte. Como es sabido, este acto es considerado como el momento en que la generación del 27 se dio a conocer. Por afortunada coincidencia un 16 de diciembre, pero de 1902, vino al mundo uno de los escritores que participó en el homenaje, Rafael Alberti.

 El 16 de diciembre, por tanto, se celebran en las ocho provincias de la comunidad autónoma diversas actividades literarias y de fomento de la lectura tales como conferencias, diálogos, mesas redondas o paseos literarios.

El Centro Andaluz de las Letras dedica el Día de la Lectura en Andalucía al poeta Emilio Prados, Autor Clásico Andaluz del Año 2021 con el fin de potenciar el hábito lector entre la población y difundir el legado de figuras relevantes de nuestro rico patrimonio intelectual.

Ya se ha convertido en una tradición de esta jornada, que el CAL encargue a un escritor o investigador la composición de una alocución ciudadana basada en la biografía y legado del autor del año. El destino de este discurso es ser leído en los centros educativos, bibliotecas públicas, clubes de lectura e instituciones culturales y literarias que celebren la efeméride.

En esta ocasión, la alocución ciudadana ha sido redactada por el catedrático de Literatura Española Julio Neira y se titula ‘Manifiesto por la Lectura en la sociedad audiovisual’. Sus emotivas palabras retratan la vida y obra de Emilio Prados y su relación con los poetas de la Generación del 27. El texto completo lo reproducimos a continuación:

ALOCUCIÓN CIUDADANA

Manifiesto por la lectura en la sociedad audiovisual

Cuando hace un siglo Emilio Prados volvió de Suiza, donde le habían tratado de su enfermedad pulmonar, y de Alemania, donde estudió Filosofía en Berlín, reencontró un país primordialmente agrícola, depauperado por el analfabetismo, causa a su vez de la ignorancia y la superstición, que eran los elementos que impedían el progreso económico y la dignificación social y aseguraban el mantenimiento de estructuras ancladas en la noche de los siglos, que restringían la propiedad de la mayor parte de la riqueza en manos de una clase privilegiada, mientras la gran mayoría de la población subsistía a duras penas.

Después de varios titubeos sobre el camino vital a emprender, nuestro Autor del Año decidió fundar la imprenta Sur con Manuel Altolaguirre para difundir la poesía de su grupo de amigos, los llamados poetas del 27, y para contribuir con la publicación de libros e impresos a elevar el nivel cultural de la población en general. No es casualidad que buena parte de los activistas sociales de la época tuvieran la profesión de tipógrafos.

Más tarde, fracasada económicamente la empresa y tras desavenencias intelectuales e ideológicas con sus amigos se retiró a Málaga donde desarrolló de manera personal y directa su tarea alfabetizadora con los pescadores de la playa de El Palo y sus hijos. Enseñar a leer y escribir a quien no sabe puede ser el regalo más preciado. Cambiará su forma de entender el mundo y a sí mismo. Enriquecerá su vida para siempre. Es un don imperecedero.

Esta era una convicción generalizada entre los jóvenes poetas del 27. Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca pública de su pueblo natal, Fuentevaqueros, en septiembre de 1931, afirmó: «No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social».

Ha pasado un siglo, y la situación es muy diferente. El nuestro es un país industrializado. Los índices de analfabetismo han descendido hasta niveles residuales. Y, sin embargo, otro tipo de analfabetismo menos peligroso, el analfabetismo funcional, presenta un grave riesgo para nuestra sociedad. La comunicación audiovisual está sustituyendo a la palabra escrita y leída. Un mundo intangible (redes sociales, blogs, apps, tertulias televisivas) donde la información no es contrastable, en el que los bulos, las mentiras mil veces repetidas buscan convertirse en verdad y llevarnos de nuevo a la superstición para hacernos vulnerables a los intereses del poder.

Leer no es solo un placer personal. Ahora ya es además un imperativo ético

Julio Neira

Catedrático de Literatura Española de la UNED

El acto central del Día de la Lectura se celebrara en Málaga el 16 de diciembre a las 19:30 horas. La actividad arrancará con la lectura de la alocución ciudadana y continuará con una conferencia a cargo de M.ª Dolores Gutiérrez Navas, autora del Cuaderno Didáctico Emilio Prados, junto con la lectura de poemas de Prados a cargo del poeta Ángelo Néstore.

Para acercar a los más jóvenes a la poesía de Emilio Prados, también M.ª Dolores Gutiérrez Navas impartirá tres clases magistrales sobre la figura y obra del poeta malagueño en los IES Vicente Espinel, IES Martiricos e IES El Palo de Málaga.

Paralelamente, el Centro Andaluz de las Letras pone a disposición de todos los usuarios y usuarias en su web la exposición digital ‘El mar de la nostalgia’ dedicada al poeta malagueño donde se repasa la biografía del poeta desde su nacimiento en la Málaga de 1899 hasta su muerte en el exilio mexicano en 1962 siguiendo el hilo narrativo del mar presente a lo largo de toda su vida y como materia literaria en su obra.

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 La fotografía que hemos escogido como encabezamiento procede de la edición digital del diario ‘El País’. En ella figuran (de izquierda a derecha) Luis Eaton-Daniel, Juan Centeno, Federico García Lorca, Emilio Prados y Pepín Bello. La instantánea se realizó en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1924.

https://elpais.com/cultura/2021-11-04/malaga-se-reencuentra-con-emilio-prados-el-poeta-menos-conocido-de-la-generacion-del-27.html


domingo, 5 de diciembre de 2021

El Día de la Constitución: Los Originales de Forges

 

Del 12 de noviembre de 2019 al 23 de febrero de 2020 en la madrileña Biblioteca Nacional se celebró la exposición «Forges y la Constitución» comisariada por Juan García Cerrada, secretario ejecutivo del Instituto Quevedo del Humor.

La muestra homenajeaba tanto a nuestra Carta Magna como al dibujante. De hecho se hizo coincidir con el segundo aniversario de su muerte. También nos recordaba el vínculo que unía a la Constitución con los caricaturistas. Pues pese a la censura, las multas, los secuestros de ediciones e incluso los periódicos cerrados por decreto gubernamental, lo cierto es que la dictadura franquista no logró acabar con el gracejo del humor gráfico español que vivió en esa etapa una de sus mejores edades.

Como reconoce la exposición, en la lucha del pueblo español por la democracia, libertad o justicia para la sociedad española, los humoristas gráficos contribuyeron con su trabajo valiente, transgresor, irónico y con grandes dosis de sátira. 

En el colectivo de humoristas españoles de aquel entonces destacaba Antonio Fraguas de Pablo, Forges, que fue consciente del papel fundamental que tenía el humor gráfico en una sociedad en la que la información y los medios de masas desempeñaban una misión cada vez más relevante.

Forges puso sus grandes dotes de comunicador al servicio de la sociedad, aunando en sus viñetas lo filosófico y lo cotidiano, la reflexión y el humor, la crítica y la crónica, conectando con la gran mayoría de los españoles, independientemente de su ideología. Forges, para quien “el humor es un bien democrático” ilustró la Constitución desde su preámbulo hasta su disposición final, para de esta forma, hacerla accesible a la ciudadanía.

Este trabajo lo organizó en cuatro fascículos que en un primer momento fue autoeditado por el artista a lo largo de 1978. Al cabo de un año, la obra apareció recopilada en un libro, encuadernado en cartoné. Mucho más, tarde en 2006, Espejo de Tinta lanzó la colección de libros Historia de Aquí, que recopilaba gran parte de la obra humorístico-historiográfica de Forges y estos cuatro fascículos fueron recogidos en el tomo 3 de aquel volumen, el titulado: 1978-1982. La Constitución... y La Transición.

 Añadimos que en noviembre de 2018 se publicó una reedición por Espasa, sello editorial de Planeta y que es una de las joyas de nuestra biblioteca.

De la exposición hemos seleccionado los originales de algunas planchas. Los herederos del caricaturista las han cedido a la Biblioteca, no sabemos si de forma temporal o permanente. En cualquier caso, agradecemos que permitan su exposición, pues son verdaderas joyas y demuestran el talento de Forges como ilustrador. Acostumbrado a sus sketches monocromáticos, hemos descubierto que une a su méritos el de ser un iluminador entregado, un verdadero maestro en la aplicación del color.

Forges trabajó hasta la extenuación en la adaptación gráfica de nuestra Carta Magna, pues ilustró todo el articulado, sumado a los preámbulos y las disposiciones finales. Creía firmemente que su misión respecto al texto constitucional era "acercarlo y explicarlo" a los españoles. No existe duda en que lo consiguió. Sin fárragos, sin pedagogías, nos ofrece no solo una constitución ilustrada, sino una mirada crítica y constructiva sobre la España que la gestó y que miraba asombrada como, tras siglos de guerra, se llegaba al entendimiento y la concordia.

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 Enlace hacia la página oficial de la exposición:

http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2019/constitucion_por_Forges.html










sábado, 20 de noviembre de 2021

La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión

 


La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión celebra su 44 (cuadragésima cuarta) edición en Plaza Nueva volviendo a reunir, tras el paréntesis del año pasado, a las mejores librerías de viejo del país, tanto las anticuarias, como las de lance.

 Todas ellas traerán a Sevilla libros raros, curiosos, antiguos, descatalogados o difíciles de encontrar, además de revistas, carteles y obras de coleccionismo, todo ello a precios económicos y ofreciendo, en algunos casos, verdaderas gangas. En fin, no es para dejar en el tintero la oferta de facsímiles, ofrecidos, igualmente, a precios más que razonables.

Los coleccionistas de alto bordo también están llamados a esta feria. Consultando el estante de fondo de cada caseta encontrarán esas ostentosas ediciones, esa rareza bibliográfica, esa historieta mítica, en fin ese rosebud que hará temblar a su corazón de emoción y a su billetera de espanto. Pero toda inversión en libros es siempre buen negocio para el alma.

En algunas casetas (Ayuntamiento de Sevilla, Servicio de Publicaciones del ICAS (Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla, Diputación…) no se encontrarán venerables ediciones sino las últimas investigaciones sobre nuestra historia y nuestro patrimonio. Mención aparte merece el expositor de la mítica editorial Renacimiento, empeñada en mostrar el esplendor y la diversidad de nuestra Edad de Plata. En sus rimeros reviven esos movidos años treinta que fueron república y guerra civil, pero también art-decó, cosmopolitismo y el despertar de la conciencia femenina.

Desde aquel lejano (y mítico) 1978, esta feria es considerada como una de las citas ineludibles del Otoño Cultural sevillano; nos atrevemos a añadir que más bien es ya un signo de identidad. Su convocatoria se esperaba en este año con verdadero anhelo, después de que en el pasado no pudiera celebrarse por la situación sanitaria.

 Las autoridades han animado a la ciudadanía a acudir a este nuevo encuentro con los libros y la literatura, aunque tras la pausa del pasado año se espera una afluencia superior a la de las pasadas convocatorias. Lo cierto es que, tras la suspensión del 2020, muchos lectores y coleccionistas hemos redoblado el afán de visitar el evento. De hecho, debe indicarse que, no por inevitable, costó muchísimo anular la convocatoria del pasado año y se forcejeó hasta el ultimísimo momento, tal era (y es) el ansia de participar de los feriantes y tal es la fidelidad de su público.

Como viene siendo tradicional, la feria se inició con un pregón pronunciado nada menos que por Eva Díaz Pérez, directora del Centro Andaluz de las Letras.  El título de su alocución fue ‘Autobiografía libresca en tiempos inciertos’ y el lugar escogido fue el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla. Allí mismo tendrán lugar también los dos coloquios que la Casa de los Poetas y las Letras, equipamiento dependiente del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), organiza en el marco de la Feria.

Con el título ‘La pasión de los libros’, las sesiones se celebrarán los días 24 y 25. La primera de ellas (‘Sueños del mundo clásico’) contará con la participación de Aurora Luque, Francisco Socas, Alberto Marina Castillo y María Fernández-Melero; mientras que en la segunda (‘Los tesoros contemporáneos’) se darán cita Fernando Castillo, Antonio Cano Ortiz, Alfredo Valenzuela y Patricia Godino.

Asimismo, la Feria acogerá la presentación de la edición, por parte de El Paseo Editorial, de la obra ganadora del II Certamen Literario auspiciado por la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla y el ICAS. Se trata de ‘Libres y libreras. 35 mujeres del libro en Londres’, de la onubense Yolanda Morató.


Además, la Feria recuperará uno de sus clásicos publicados con la Editorial de la Universidad de Sevilla: ‘Curiosidades sevillanas’ (2005). Tras agotar la tercera edición, la cuarta es publicada con una breve introducción y justificación de la edición a cargo del exdirector del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, Manuel Castillo Martos. Alberto Ribelot confeccionó esta obra recogiendo las leyendas, tradiciones, historias, noticias del pasado reciente y remoto, y relatos de personajes que fueron publicados por el escritor Alfonso Álvarez- Benavides en el periódico El noticiero sevillano entre agosto de 1898 y abril de 1899.

Mención aparte, merece el cartel de la feria, obra inspiradísima de la artista sevillana Teresa Guzmán. Se trata de una composición vintage que, a no dudar, formará parte de las mejores ilustraciones del mundo libresco y que puede paragonarse con las piezas más señeras que anunciaban la otra feria hispalense. La exposición de esta artista en el Círculo Mercantil es otra cita ineludible de este otoño y complemento inexorable de la visita a las casetas.

Concluyamos nuestra reseña indicando que la presente edición cuenta con el patrocinio y la colaboración del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), Diputación de Sevilla, Iberlibro / Abebooks, la Editorial Universidad de Sevilla, el CICUS y el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla.

Valoramos especialmente toda esta serie de actividades que demuestran el compromiso de los responsables del evento por la cultura y parafraseando al Tenorio podemos decir que estas librerías de lo pretérito gozan de buena salud y que tienen todavía mucho que aportar. Invitamos a los lectores de toda condición que se acerquen a la Plaza Nueva y que, bajo la protectora sombra del rey conquistador y del rey sabio comprueben que el legado de nuestros predecesores es goce para el presente y fermento del futuro.

     Concluimos con esta galería de imágenes. El joven que aparece en alguna de las instantáneas es nuestro antiguo alumno y apasionado bibliófilo, Jaime Álvarez Matas.













viernes, 12 de noviembre de 2021

Cristina Peri Rossi - Premio Cervantes 2021

 


Un año más se ha buscado el ecuador de noviembre para la revelación del nombre de la ganadora del más prestigioso de los galardones de nuestra literatura. Tradicionalmente se suele conocer el fallo del jurado a mediodía, hora española, pero llevamos ya dos años en las que el veredicto se hizo público cuando la tarde se fundía ya en negro. Mi smartphone anotó el aviso a las 18:37 horas.

En esa hora incierta que los periodistas llaman la tarde-noche, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, dio a conocer a la merecedora del galardón en una rueda de prensa organizada en la sede madrileña del Ministerio. La distinción recayó en la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi.

Los amantes de los patrones y de las inútiles, pero terribles, simetrías se apresuraron a celebrar que con esta elección quedaba restablecida la alternancia tradicional del galardón: esa norma, no escrita por la cual el Premio Cervantes recae un año en un escritor español y al siguiente 'viaja' al otro lado del charco para reconocer a un autor de ultramar. El imperio de las correspondencias aconsejaba, además, la elección de una escritora tras dos años de escritores, equilibrio que, por cierto, nos parece imprescindible.

 Señalemos que Peri Rossi es la sexta mujer que consigue el Cervantes y la segunda pluma de los nacidos en Uruguay que lo consigue (la primera fue Ida Vitale). Señalemos que la República Oriental será el benjamín de Sudamérica, pero sus dimensiones en literatura son impresionantes. Aparte de las autoras citadas, anotemos que es la patria de Eduardo Galeano, Mario Benedetti y Horacio Quiroga.

Otra precisión necesaria: los apellidos de la autora no son compuestos. Simplemente Cristina Peri Rossi reivindica su ascendencia materna (“nunca entendí por qué debemos llevar como primero el del padre; por ello mantengo el de mi madre”).

La mayor parte de su producción literaria se clasifica como poesía, pero también destaca como narradora de relatos breves. Deben anotarse además algunas novelas (Con títulos como Todo lo que no te pude decir) y varios ensayos. Su obra se ha traducido a veinte lenguas distintas y se puede decir que el Cervantes corona una carrera literaria marcada por las más prestigiosas distinciones con premios como el Loewe, el Ciudad de Barcelona o el José Donoso.

Cristina Peri Rossi partía como clara favorita, por lo que su elección no ha sorprendido a nadie. La autora se muestra orgullosa de un premio que dice haberse ganado a pulso: "No tengo enchufes y no pertenezco a ninguna camarilla. En eso soy una navegante solitaria y una francotiradora". También tiene un recuerdo para su patria pristina. "Me alegro tanto por Uruguay como por España, porque llevo a los dos países en el corazón y, a excepción de sendas temporadas en París y en Berlín, solo he vivido en ellos".

Efectivamente, Cristina Peri Rossi es otra voz del exilio. Escritora precoz, su carrera se consolida en su país natal, donde obtiene los premios más importantes. De hecho su nombre se incorpora en el canon de la pléyade del boom latinoamericano, siendo de las escasísimas autoras en lograrlo. No obstante, se ve forzada a huir a España en 1972, escapando de la dictadura militar. En ese año se traslada a Barcelona, donde comienza su actividad literaria en nuestro país escribiendo en las páginas de la mítica revista Triunfo, pero nuevamente perseguida, esta vez por la dictadura franquista, por lo cual debió exiliarse en París en 1974.

En la capital de los escritores desterrados inició una peculiar relación con Julio Cortázar, inmortalizada en varios poemas del argentino y en libro Julio Cortázar y Cris (publicado en 2014).  Regresa definitivamente a Barcelona a finales del setenta y cuatro y obtiene la nacionalidad española al año siguiente, aunque nunca quiso renunciar a la uruguaya.

El jurado le ha otorgado el premio a Cristina Peri Rossi por reconocer en ella la trayectoria de una de las grandes vocaciones literarias de nuestro tiempo y la envergadura de una escritora capaz de plasmar su talento en una pluralidad de géneros. La literatura de Cristina Peri Rossi es un ejercicio constante de exploración y crítica, sin rehuir el valor de la palabra como expresión de un compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad. Asimismo, su obra, puente entre Iberoamérica y España, ha de quedar como recordatorio perpetuo del exilio y las tragedias políticas del siglo XX».

La propia autora ratifica este memorial del destierro: "Se habla del exilio de América Latina pero ustedes también lo sufrieron con la Guerra Civil.” Y es que indagar en los autores de la generación de Peri Rossi (que cumple los ochenta en este viernes doce de noviembre de 2021) es recorrer las rutas del exilio que cruzaban el Atlántico en una y en otra dirección, es reconocer a los jóvenes que alumbraron la llama de la libertad y que sufrieron todo tipo de penalidades por su atrevimiento, incluidas la tortura y la ejecución. No en vano, uno de los mejores libros de nuestra autora se titula precisamente La Nave de los Locos. En estas verdaderas odiseas, fue el español, la lengua común, su literatura y su historia, lo que facilitó el encuentro, fraguando una de las etapas más fascinantes de nuestra literatura.

Con la Concesión del Cervantes a Cristina Peri Rossi se premia una obra (extensísima) y una trayectoria vital ejemplares. Pero también se reconoce a una autora poliédrica e inclasificable, a la que los adjetivos de francotiradora o insumisa (título de su última obra) no le vienen, en absoluto, largos.  El erotismo (en su vertiente más pasional y homoerótica), la transgresión, la construcción de la propia identidad, la amistad... los temas que marcan los casi sesenta años de literatura de Peri Rossi, son los propios de una escritora joven, o mejor dicho, de una escritora que ya resulta intemporal, imprescindible, necesaria.

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La fotografía de la autora procede de la edición digital del diario El Periódico

https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20211110/premio-cervantes-2021-ganador-12829664


miércoles, 10 de noviembre de 2021

Fallo del VI Concurso de Relatos de Terror


 En la mañana del  pasado nueve de noviembre (martes) el jurado del Concurso de Relatos de Terror organizado por la Biblioteca “Nulla Dies Sine Linea” emitió su veredicto:

En el Primer Ciclo de Secundaria  la obra ganadora ha sido Un asesino bajo mi cama de la alumna de 2º de ESO «A» Martina Romero Losada.

En el Segundo Ciclo de Secundaria  la obra ganadora ha sido Misión fallida de la alumna de 4º de ESO «A» María José Reyes Fernández.

En esta ocasión la cifra de originales presentados al certamen no ha sido tan abultada como en los años anteriores, consecuencia lógica del largo tiempo que lleva ya nuestra biblioteca sin poder desarrollar plenamente su promoción de la lectura y de la creación literaria. Afortunadamente, vamos recuperando nuestro ritmo y esperamos que en el curso que viene todo esto sea ya un mal recuerdo.

Otros años añadíamos que suponíamos que nuestras sucesivas recreaciones del cementerio de los libros olvidados habían contribuido a inspirar a nuestras jóvenes maestras del espanto y el desasosiego. Ya llevamos dos convocatorias en la que parece que la pandemia, los confinamientos y esa crepuscular vuelta a la normalidad han pasado a desempeñar ese papel inspirador.

En la fotografía que encabeza esta entrada las vencedoras María José (izquierda) y Martina (derecha) posan con el Repetidor, una de la entidades tenebrosas de  nuestra biblioteca, interpretada por el alumno Adolfo Garrido, colaborador habitual de nuestras perfomances. Les acompañan Luismi (extremo izquierda) y Jaime (extremo derecha) ayudantes de vestuario.

  Para anunciar el triunfo de Martina y María José imprimimos el siguiente cartel:


Y estos son los respectivos relatos. Léanlos con detenimiento y descubran la maestría de sus noveles autoras.

 

Un asesino bajo mi cama

A mí no me gustaban las historias ni películas de terror. Me parecían un gasto de energía innecesario, ya que pasabas un mal rato simplemente por gusto. Aunque en el instituto, cada temporada de Halloween nos obligaban a hacer historias de terror, no podías negarte, ya que si eso sucedía era muy probable que suspendieras la asignatura de Lengua. A mí se me complicaba bastante por el simple hecho de que no me interesaba el género de terror y cada vez que escribía algo de ese género ocurrían cosas extrañas.

Un día al llegar a mi casa después de entregar mi estropicio de historia, me tiré en la cama a escuchar música con mis auriculares por Bluetooth recién cargados, pues necesitaba despejarme después de toda la mañana en el instituto, me puse la voz al máximo y casi no podía escuchar nada que no fuera la música. Al cabo de una hora y cuarto me entró hambre, me quité los auriculares y decidí ir a por algo de merendar. Al bajarme de la cama creí escuchar una respiración en mis pies, pero no le di importancia y seguí caminando hacia la cocina. Allí no escuché nada fuera de lo normal así que para cuando volví a mi cuarto ya se me había olvidado.

Los siguientes siete días me pasó algo similar, cada vez que llegaba a casa escuchaba una respiración debajo de mi cama pero nunca me atreví a mirar, porque suponía que estaba dentro de mi cabeza, aunque no podía estar más equivocada.

El día que mi amiga vino a casa decidimos comprobar si es que realmente había algo, ya que no estaban mis padres, y además, al contarle sobre lo que había escuchado, le había despertado la curiosidad.

No había nada, pero de repente pudimos escuchar un fuerte golpe en la habitación de mis padres. Fuimos corriendo a ver qué había sucedido pero de nuevo no vimos nada.

Al día siguiente, en el recreo, salió el tema de las historias de terror y mi amiga le dijo lo ocurrido a unos compañeros, pronto se extendió la noticia por el pueblo. Llegó hasta las autoridades locales, las cuales, desde hace unas semanas estaba buscando a un famoso y ágil asesino en serie francés, el cual escapó hace dos semanas de la cárcel y se estaba refugiado en nuestro país.

Al enterarme, justamente recordé que esa persona era bastante similar al personaje que había inventado para mí poco original historia sobre un asesino que entregué hace unos días en el instituto.

Por órdenes de las autoridades, mi familia y yo nos fuimos a casa de mi abuela a pasar la noche mientras las autoridades inspeccionaban nuestra casa. Pronto encontraron al dicho asesino en la bañera del baño del cuarto de mis padres inconsciente, debido a un fuerte golpe en la cabeza al esconderse. Lo llevaron de vuelta a la cárcel de Francia.

A esto me refería que pasaban cosas extrañas cuando escribía algo del género de terror, pero esta era la peor.

 

Martina Romero Losada – 2º de ESO «A»

 


Misión «fallida»

Pierdo totalmente la razón de por qué estoy aquí, es más, ni siquiera recuerdo dónde estoy. Solo sé que estoy cayendo lentamente al fondo de un abismo infinito, y que probablemente nadie vaya a alargar la mano para sacarme de él. Todo es silencio y oscuridad. Una oscuridad que se extiende hasta donde me alcanza la vista, y me mantiene completamente cegado.

Se supone (y voy a subrayar ese “se supone”) que todas y cada una de las decisiones que he tomado a lo largo de mi vida, me han llevado a este momento. Una caída infinita hasta lo más profundo de la negrura abismal. Es bastante curioso si lo piensas:

No importa todo lo bueno que hagas por las personas, tampoco todo lo que te esfuerces por mejorar o por no cometer errores. La maldita ruleta rusa del destino siempre acaba jodiéndote cuando menos te lo esperas. Y mi momento inesperado había llegado esa noche.

Todo empezó como una broma (así es como empiezan siempre todos los accidentes). Y yo fui tan idiota como para seguir el juego hasta el final. Debería haberme echado atrás en cuanto entramos en su casa forzando la cerradura, o cuando mi amiga me tendió la pistola “de juguete”. Pero, de lo que más me arrepiento, es de no haber llamado a nadie cuando tuve la ocasión. Cuando la sangre de nuestra “victima” comenzó a manchar las escaleras porque yo le había disparado con la pistola “de juguete”. Eso tendría que haber sido suficiente para despertarme de ese estado de idiotez, no tendría que haber dejado que mi amiga (Emma) “terminara el trabajo” asfixiando con su bufanda a la mujer, que se resistía con la fuerza que puede quedarle a uno tras recibir de imprevisto un tiro en el pecho (aquí podemos apreciar mi maravillosa suerte).

 Siendo sincero, ver la cara de pánico de Emma cuando el cuerpo por fin dejó de resistirse, me hizo algo de gracia. Hasta que recordé que había un muerto en la habitación, y que lo habíamos matado entre los dos. Lo que siguió después ya no me hizo tanta gracia:

Cogimos el cuerpo, lo envolvimos en unas mantas viejas que encontramos en el armario del dormitorio principal (con cuidado de no tocar nada para no dejar evidencia) y lo metimos en el maletero del coche de Emma. Con esto puedo confirmar que un cuerpo sí que pesa más, mucho más, después de morir. Nuestro paseo en coche nos llevó hasta las afueras de nuestra preciosa ciudad, donde encontraríamos un lugar en el que depositar a la pobre señora para que descansara en paz.

De la nada, Emma sacó dos palas y me dijo que cavara como si la vida me fuera en ello (y, en cierto modo, tenía toda la razón)

Ahora es cuando llegamos al vacío infinito. Supongo que después de enterarte del porqué de mi pérdida en el abismo negro (no físicamente, yo aún estoy en las afueras de la ciudad), consideras que me lo merezco. Tienes toda la razón, soy un asesino al fin de al cabo. Aunque no has tomado en cuenta muchos otros factores; como que quien terminó con la vida de esa señora en realidad no fui yo, sino mi amiga, que yo pensé en llamar para pedir ayuda (sí, sé que, en esta situación, “pensé” no es suficiente), que yo no sabía que el arma era real, y mucho menos que estaba cargada...

- ¿Quieres mover el culo de una vez? Tenemos que hacer el maldito agujero para enterrarla, y tiene que ser profundo. Si no, la van a encontrar a la primera de cambio. -

Emma está atacada de los nervios. Se nota en su voz, su expresión facial sus gestos, las lágrimas que no paran de caerle de los ojos, y la forma en que le tiemblan los labios a cada palabra que dice.

Sus quejas forman parte de la melodía del abismo, hasta ahora silencioso. Quiero responderle, pero es mucho más fácil abandonarse a la nada.

- ¡¿Me has oído?! ¡Necesito que me ayudes, joder!

La melodía está comenzando a volverse molesta. Ha dejado de ser una música de fondo y ahora es ruido.

- ¡Responde de una maldita vez!

Su voz es más chillona, y comienza a sacarme de quicio. Así que decido callarla de un palazo en la cabeza. Ahoga un grito y sus ojos llenos de pánico se abren hasta su límite. Y cuando cae al suelo, por fin se calla, lo que significa que puedo volver al silencio de la creciente oscuridad que me rodea. Al menos hasta que la policía me encuentra:

Con una pala ensangrentada mientras cabo un hoyo, una chica muerta al lado y otro cuerpo más envuelto en sábanas en el maletero. Imposible que algún juez me considere inocente (principalmente porque no lo soy). Tal vez me tachen de homicidio imprudente (eso con suerte).

Las sirenas de policía suenan por todas partes, y varios agentes que no he visto en mi vida, acordonan la zona. Entre tanto jaleo, dos de ellos (una mujer rubia y un hombre bajito) me llevan esposado hasta uno de los coches. Cuando por fin estoy sentado en el coche, echo la cabeza hacia atrás y dejo escapar una carcajada espontanea. Había olvidado por completo la razón por la que habíamos ido a la casa para empezar.

Mañana había examen, y no estábamos preparados ni por asomo. Así que, habíamos pensado que, si le dábamos un susto, nuestra profesora lo pospondría o algo así. De alguna forma lo había conseguido, seguro que mañana no habría examen.


María José Reyes Fernández – 4º de ESO «A»


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