jueves, 16 de enero de 2025

Novedades de nuestra biblioteca: «Tomás Beviá Aranda» de Ceferino Aguilera Ochoa

 


Autor: Ceferino Aguilera Ochoa
Título: Tomás Beviá Aranda (1907, Andújar – Écija, 1999) El rojo que tenía la hostia blanca
Biografía
Editorial: Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras Luis Vélez de Guevara. Écija.
316 páginas.

Con un año de retraso entra en nuestra biblioteca esta obra escrita por nuestro compañero de la SAFA, Ceferino Aguilera Ochoa. Se trata de un libro monumental, impresionante y, sobre todo, muy necesario.

Realizar la biografía de un autor tan polifacético y longevo como Tomás Bevía requiere un esfuerzo más que considerable, digno del que aborda la construcción de un monumento, de una obra destinada a perdurar en el tiempo. Al consultar el volumen uno no puede sino impresionarse ante el caudal de datos reunidos, lo ingente de la  bibliografía y – supremo tesoro- la confección de la producción completa de un escritor tan prolífico.

Y al leerlo descubrimos que se trataba de una obra muy esperada, de un libro muy necesario. Pues en él revive no solo la figura de Beviá, sino también la  Écija de su época. Entre las revelaciones que encontramos en esa revisión de nuestro pasado inmediato la que más apreciamos es la etapa fundacional de nuestro Centro, entonces instituto laboral. Recordemos que Tomás Beviá fue profesor de francés de nuestro Centro y que formó a varias generaciones de ecijanos.

El libro se organiza en ocho capítulos: los tres primeros, tras el prólogo, los agradecimientos a los diversos patrocinadores y una introducción sobre el “saber biográfico”, se centran respectivamente en

1)     La época de contrastes en que transcurrió la vida de Tomás Beviá, en esa línea del tiempo que muestra su contexto histórico-literario.

2)    Su trayectoria literaria a través de cuatro etapas biobibliográficas principales en las que se ha pretendido mostrar el itinerario creador de su vida y de su producción artística de manera cronológica y sintética a fin de completar una visión más unitaria de su obra, necesitada aún de una recopilación de su correspondencia epistolar, así como de sus piezas pictóricas y musicales dispersas.

3)    El estudio crítico, filológico.

4)    La publicación definitiva de su relato corto autobiográfico El rojo que tenía la hostia blanca, ausente aún en los fondos de la Biblioteca Nacional de España y largamente anhelada hasta hoy su publicación final, después de ganar en 1985 el Primer Premio del Primer Concurso Nacional de Novela Corta de la editorial Comunicación Literaria de Autores, actualmente desaparecida.

5)    Una visión de conjunto de la bibliografía consultada ordenada alfabéticamente y distribuida en las notas a pie de página.

6)    Un apéndice final dedicado a sintetizar su trayectoria biobibliográfica en un cuadro cronológico integrador.

7)    Una selección de los premios y reconocimientos obtenidos a lo largo de su larga carrera profesional y literaria.

8)    Una selecta galería de fotos de su trayectoria biográfica (por su poder evocador, su cualidad de espejo del pasado y fuente de memoria).

Los noventa años de existencia de nuestro escritor suponen, además, un repaso a todo nuestro siglo XX, desde la crisis del sistema de la Restauración hasta el afianzamiento de nuestra democracia y Ceferino Ochoa se preocupa por que el lector lo advierta. No se trata de un simple marco cronológico, sino de un escenario cambiante que trastorna la vida de Tomás Beviá y la de su familia.

La inclusión del relato autobiográfico  El rojo que tenía la hostia blanca resulta muy oportuna. Se inspira en las vivencias del propio Beviá. Al escritor le sorprende la Guerra Civil en la zona denominada “roja”.  Su talante conservador y su acendrado catolicismo lo convierten, en principio, en víctima. No obstante, su vida es respetada, es destinado al frente y asciende en el ejército republicano. Al mismo tiempo es, en sus palabras, un Tarsicio en la trinchera, pues consigue comulgar habitualmente y además comparte con otros soldados las formas consagradas que consigue obtener.

Finalmente, consigue desertar y pasar a la zona “azul” y allí, pese a su alineamiento con los valores tradicionales y su fe incondicional, es tratado como prisioneros, pasa por varias cárceles y es sometido a juicio y “depurado”.  El régimen franquista, que se había desentendido de la suerte de las personas afiliadas a la derecha en el área republicana, trató a Beviá y a todos los supervivientes como “rojos” y “colaboracionistas”. Evidentemente, se trataba no sólo de acabar no solo con los valores progresistas, sino también con borrar del recuerdo a la CEDA o la incompleta democracia de la Restauración.

Gracias al libro de Ceferino Ochoa conocemos el libro de Beviá y su trasfondo. Y de nuevo conocemos otra triste historia de un escritor en la Guerra Civil, otro escritor no alineado y que precisamente por no encuadrarse en uno o en otro bando, fue despreciado por unos y por otros.

Este y otros descubrimientos aguardan al lector que se aventure por la páginas de este libro. Aunque se limite a contemplar las fotografías y leer sus pies encontrará un retrato cabal de una Écija y una España que no se fue, pues se transformó en la que vivimos ahora. En pocos libros hemos encontrado una impresión tan vívida del tiempo pasado.

Esta portentosa reconstrucción de la vida de Tomás Beviá, de sus libros y de sus circunstancias, ha sido posible gracias a la colaboración de la familia del escritor. Es digna de encomio su tenacidad para guardar sus libros, fotografías, cuadros y ese impreciso ajuar que da sentido a nuestra existencia. Verdaderamente, ellos comprendieron antes que nadie el talento y la excepcionalidad de la persona, no del personaje.

Otro colaborador ha sido nuestro compañero Rafael Amadeo Rojas, autor del inspirado prólogo y de la pintura en la que se basa la portada, obra espléndida como todas las que salen de su pincel. Amadeo fue uno de los incontables alumnos de Beviá y otra persona que supo reconocer la bonhomía y la genialidad de esta persona incomparable.

Ahora, y gracias a este libro, se nos brinda la posibilidad de volver a conocerlo y de revivir su luz. Vaya nuestro reconocimiento a Ceferino Ochoa y a todos los que han colaborado en su empresa. Pues han querido compartir su tesoro con nosotros.



sábado, 11 de enero de 2025

Navidad

 


Todos los años por estas fechas nuestra biblioteca se impregna del espíritu de la navidad y se engalana para recibir estas fiestas como se merecen. Pero en este curso nos hemos esforzado más que nunca y no queda en nuestra biblioteca un rincón que no evoque las vacaciones que se nos echan encima. Y además estrenamos árbol.

Las profesoras Ángela Martínez Villegas y Rocío Ojeda con el auxilio de los alumnos ayudantes de Biblioteca y los voluntarios del curso del 3.º de ESO “A” se han encargado de redecorar la biblioteca y en un tiempo récord. Y eso que antes de ponerse con los adornos hubo que desmontar toda la ornamentación de la actividad de la biblioteca encantada. Han trabajado mucho y bien, como se puede comprobar en el reportaje que hemos subido a nuestra cuenta de Instagram. Vaya con todo ellos nuestro más profundo agradecimiento y ojalá la esperanza, la alegría y las buenas intenciones de la navidad se abran camino entre nosotros.

Desde hace años incluimos en esta postrera entrada del año una poesía de algunos de nuestros clásicos dedicada al Nacimiento de Cristo acompañada de la ilustración correspondiente. En esta ocasión el escritor escogido es Gerardo Diego y el artista el escultor inglés Eric Gill.



¿Quién ha entrado en el Pesebre?

Gerardo Diego

en el portal de Belén?
¿Quién ha entrado por la puerta?
¿quién ha entrado, quién?
 
La noche, el frío, la escarcha
y la espada de una estrella.
Un varón -vara florida-
y una doncella.
 
¿Quién ha entrado en el portal
por el techo abierto y roto?
¿Quién ha entrado que así suena
celeste alboroto?
 
Una escala de oro y música,
sostenidos y bemoles
y ángeles con panderetas
dorremifasoles.
 
¿Quién ha entrado en el portal,
en el portal de Belén,
no por la puerta y el techo
ni el aire del aire, quién?
 
Flor sobre impacto capullo,
rocío sobre la flor.
Nadie sabe cómo vino
mi Niño, mi amor.

 La poesía procede de El Cerezo y la Palmera, el único auto dramático que Gerardo Diego escribió y que fue estrenado en 1962. El grabado de Eric Gill es una xilografía realizada en 1917, aviesa fecha que tal vez otorgue otra intención a las sombras de su composición. Esta aparece titulada como Natividad en algunos catálogos; en otros se le denomina En el Establo. Gill realizó varias versiones de esta obra y también abordó este mismo tema con otras composiciones.

 

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 El reportaje de la Navidad de la Biblioteca en nuestra cuenta de Instagram:

 

https://www.instagram.com/p/DDwdxUrNKUe/

 

viernes, 10 de enero de 2025

Novedades de nuestra biblioteca: «La Isla de la Mujer Dormida» de Arturo Pérez Reverte



Autor: Arturo Pérez-Reverte
Título: La isla de la mujer dormida
Novela
Editorial: Alfaguara
416 páginas.

 Presentada como “Novela de mar, amor y aventuras”, es la novela que siempre había querido escribir, como indica el propio Arturo Pérez-Reverte. Y el escenario no podría ser otro que su idolatrado Mediterráneo y concretamente en el Mar Egeo y en una de las islas Cícladas, que da el título a la obra. Antes de añadir este territorio al largo catálogo de islas ficticias del Egeo, don Arturo nos advierte que la isla existe, pero no con ese nombre.

 El marco temporal nos lleva a la guerra civil, o mejor dicho a las implicaciones internacionales de la guerra civil, ámbito aún mal conocido, pese a que la injerencia o el desapego de las potencias extranjeras fue determinante en el desarrollo y final del conflicto. El año escogido, 1937, revela una cuidadosa elección. Es ese sombrío momento en que la guerra se alarga, su influencia en Europa se agranda y el vínculo entre la República y la URSS se afianza.

 Nos encontramos aquí en uno de los principales aciertos del libro. Como buen autor de novela histórica, Pérez-Reverte nos introduce en un campo prácticamente desconocido y al mismo tiempo que nos deleita, nos hace aprender. La trama se basa en una operación que nunca existió pero que resulta perturbadoramente verosímil: el bando sublevado decide atacar de modo clandestino el tráfico naval que desde la Unión Soviética transporta ayuda militar para la República. Para ello cuenta con la ayuda de Alemania e Italia y con la solapada colaboración del gobierno griego. La base de operaciones de los corsarios es esa pequeña isla del mar Egeo. Estos mercenarios cuentan con una torpedera para sus combates.

 Toda esta parte del libro impresiona por el manejo del autor de la náutica y del armamento. Vaya por delante el aviso de que el autor no se pierde en aburridas descripciones técnicas o en largas parrafadas para aclarar al lector tal o cual estrategia o peculiaridad. El ritmo de la acción no decae, como tampoco la verosimilitud de lo narrado.

 Simultáneamente, la trama se desarrolla en un segundo (y necesario) escenario: Estambul, ese cuello de botella de la ayuda naval soviética y en la que Loncar y Ordovás, los representantes oficiosos de la España sublevada y la republicana conspiran y para conseguir el triunfo de su causa, no dudan en dialogar e intercambiar informaciones.  Por medio de rápidas pinceladas el autor nos demuestra el conocimiento que posee de la antigua capital otomana. La ominosa pujanza del régimen de Stalin se va insinuando en los últimos capítulos.

 Como es de suponer, al final se producirá un encuentro naval decisivo entre el bando hispano-soviético y los corsarios. Y como suele suceder en las novelas de este género, y más en las de don Arturo, los hombres se impondrán a las contradicciones y miserias de los regímenes políticos en los que se encuadran y pondrán su valentía y su sentido del deber por encima de las causas y de su propia vida.  Los que conocemos al autor sabemos que siempre presenta a las dos facciones de nuestra guerra civil bajo la misma luz desfavorable y esta novela cumple esta visión a rajatabla. De todas formas, es un esquema que Pérez-Reverte reitera en todas las etapas de nuestra historia: personajes que luchan hasta el último aliento por causas que desprecian.

 Contado así, nos queda un relato simple protagonizado exclusivamente por hombres y que responde a un esquema que ha caracterizado a Julio Verne, Hergé y tantísimos autores de novelas destinadas al gran público y cómics de amplia difusión. El monopolio del género masculino se justifica por el ámbito escogido (soldados, marineros, exploradores…) y como convención del género. Entre otras razones, estos criterios hacían aptas estas producciones para el público juvenil.

 Pero don Arturo decide introducir una mujer. Bueno, una mujer y un triángulo amoroso. Recordemos que se trata de una “Novela de mar, amor y aventuras” y añadimos que el fragmento que se reproduce en la publicidad de la obra es de uno de los encuentros amorosos. De pronto esa isla reducida remota y despoblada alberga un palacete habitado por un barón, Kateilos, su mujer, Lena y la correspondiente servidumbre.

 La presencia del barón puede pasar y justificarse. El lector puede ver en él a un representante de esa Europa aristocrática que ha sobrevivido a la Gran Guerra para venirse abajo en esa vertiginosa década de los treinta. Es una figura conocida por las novelas británicas y popularizadas por las series y películas en ellas inspiradas (El amante de Lady Chatterley, el Retorno a Brideshead, Lo que queda del día…) y siempre necesaria. Es un mundo milenario que, sin estrépito, se vino abajo. Pero Don Arturo rodea siempre al barón de citas literarias y artísticas que pecan de pedantería.

Lena, su mujer, es una femme fatale arquetípica. Como en tantas novelas de Pérez-Reverte, el malo de la película es siempre una mujer. No hay tal triángulo amoroso. Lena se lleva a la cama sin mucho negocio al protagonista, Miguel Jordán Kyriazis, y el barón soporta el adulterio con contenida resignación. Esta intriga no aporta nada al relato, debilita la estructura de la novela y hunde su lograda verosimilitud. Jordán que era un héroe arquetípico y plano sin complicaciones morales, en la estela de Allan Quatermain o de Tintín, se reviste ahora de retos éticos y de vínculos afectivos que le vienen muy largos.

 En nuestra opinión, La Isla no es una novel fallida, pero si es una obra lastrada y en la que la verosimilitud y el rigor alternan con episodios teatrales, abrumados por referencias literarias y cinematográficas. No dudamos que los incondicionales de Don Arturo disfrutarán con esta nueva obra y se deleitarán con lo que nosotros tanto criticamos. Para el resto de los mortales se trata de una novela recomendable y de ágil lectura y que lo hubiera sido mucho más si se hubiera quedado en “Novela de mar y aventuras”.



jueves, 9 de enero de 2025

Libros para Sedaví

 


A principios de noviembre de 2024 nuestra antigua alumna Cintia Álvarez  nos informó sobre la desolación que había ocurrido en su lugar de trabajo, el Colegio Sedaví en la localidad homónima, tristemente célebre por la devastación de la DANA. Los profesores no pudieron entrar en el colegio hasta dos días después del desastre y la propia Cintia ha compartido en youtube un video que registra esta primera visita, un reportaje breve, pero que evidencia bien el completo estrago que ha causado la inundación. Desolación, devastación, estrago… son términos que empleamos y que resultan eufemismos ante el alcance de la catástrofe. Como el cuadro de Antonio Muñoz Degraín que encabeza esta entrada, son aproximaciones ante un desastre que los que nos hemos librado no alcanzamos a asumir.

https://www.youtube.com/watch?v=gL8n6M-jn0E

Entre las cuantiosas pérdidas del Colegio de Cintia hay que sumar la biblioteca, cuyas instalaciones y libros han quedado completamente destrozados e irrecuperables. La fotografía que nos envió es otra muestra de la magnitud de la calamidad.


Cintia nos pedía libros para empezar desde cero. Libros aptos para lectores de la ESO, fuesen lectura obligatoria o no. Desde Biblioteca nos comprometimos a ayudar y adaptamos el cartel que Cintia nos envió para la campaña de recogida de libros.

La recogida se inició con ejemplares repetidos de nuestros fondos y siguió con  la selección de obras aptas para el nivel educativo de un colegio y que formaban parte de la actividad de intercambio de libros. Mientras tanto, comenzamos a dar a conocer la actividad en las redes sociales de nuestro IES.

La respuesta comenzó siendo floja, esa es la verdad. Pero a lo largo de la semana se animó y el resultado superó nuestras expectativas y también las de Cintia, que nos agradeció nuestro esfuerzo y los frutos del mismo.

 Los profesores del Centro (y sus familias) se han implicado y han donado un montón de libros, muchos de ellos prácticamente nuevos. Algún bienhechor ha comprado (y donado) novedades literarias para esta ocasión. Al final, reunimos una caja hasta los topes y tres bolsas grandes, de la de hipermercado a rebosar. Con la ayuda del Ayuntamiento de Cañada de Rosal (cuyo desvelos deben ser reconocidos) esos libros pudieron llegar a su destino. Allí ayudarán a los niños a olvidar, aunque sea por momentos, la tragedia, allí entretendrán, servirán como modelo y sembrarán sueños.

Nos gustaría acabar con este final feliz. Pero no podemos. Las bibliotecas de otros centros educativos y también las públicas de la zona han sufrido una devastación similar. Y no hará falta señalar que no sólo se necesitan libros. Allí se ha perdido todo. Si redactamos esta entrada es para avivar la colaboración, para recordar que, si mucho han recibido, mucho más necesitan. Busquemos fórmulas para compartir, demostremos que la fraternidad y la cultura son más fuertes que la pesadilla y el lodo.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Novedades de nuestra biblioteca: «París 2024» de Francisco Ibáñez.

 

Autor: Francisco Ibáñez (Guion e Ilustraciones)

Título: París 2024

Cómic

Editorial: Bruguera.

48 páginas.


 En esta nueva entrega, los famosos agentes de la TIA tienen que resolver un misterio que está poniendo en riesgo el evento deportivo más importante del mundo, los Juegos Olímpicos celebrados en la capital francesa.


 Lamentablemente el misterio ha quedado sin resolver. La muerte sorprendió al autor cuando completaba la página 20. El soberbio acabado de los folios anteriores se vuelve en la última carilla cada vez más esquemático hasta que sobreviene la nada. Se conserva el guion pulcramente mecanografiado hasta la página fatídica, pero parece ser que el maestro Ibáñez no dejó escrito cual sería el final. Esta es otra de sus similitudes con Hergé.


 Siguiendo el ejemplo del autor de Tintín, la editorial decidió publicar esta última e inconclusa aventura como un facsímil y dejar que el lector imagine lo que sucede en las 22 páginas que faltan. Por esas paradojas de la fortuna literaria, si hubiera podido concluir esta obra sería un álbum más de Mortadelo y Filemón (el número 22), con sus 44 folios preceptivos y su encuadernación grapada de poca monta. Habría supuesto sus buenos ingresos para la editorial, pero a nivel de la crítica habría sido ignorado por completo.



  No obstante, es su posición postrera y su inacabamiento lo que le otorga su valor. Como las ruinas romanas o las catedrales inconclusas presenta una oportunidad única para divisar las entrañas de la obra de arte. En este caso el trabajo del dibujante, la trastienda de su mundo entrañable en palabras de Arturo Pérez Reverte. Sin colores que distraigan o entintados que uniformizan, comprobamos que Ibáñez era un dibujante soberbio y que seguía manteniendo el mismo vigor que caracteriza a sus grandes álbumes como El Sulfato Atómico. Por su parte, el guion demuestra un trabajo concienzudo que presta gran atención a la interacción entre dibujo y escritura, evidenciado en su cuidado en transcribir las onomatopeyas o en precisar el tamaño de los globos o nubecillas.


 Nos queda por juzgar lo que más valoraba la editorial y el propio Ibáñez. Sí, es una historia amena con buenos gags y que hubiera gustado al consumidor habitual de historietas. Aún que sea valiosa para comprender el arte del dibujante, hubiera quedado mejor completada.


 La edición se completa con una nota de editor, un inspirado prólogo de Arturo Pérez Reverte y un sentido epílogo de Jordi Canyssà. Em suma, es un hermoso remate para las Aventuras de Mortadelo y Filemón y un libro imprescindible para los lectores y coleccionistas de historietas. Estamos seguro de que servirá de inspiración y de reflexión para nuestros alumnos que se inician en el difícil arte de la creación de comics y de novela gráfica.


Aquí debería concluir la reseña, pero los llamados frikis somos un público muy difícil de contentar y muy dado a las teorías de la conspiración. Por otra parte, todo libro inconcluso es una invitación a acabarlo. Es como un faro para apócrifos, un primer acto de la celestina, un quijote de avellaneda, un manuscrito encontrado, un mapa del tesoro, un castillo de los destinos cruzados.


 Y nos queda una evidencia más triste y sórdida: Todas las editoriales para las que Ibáñez ha trabajado son desconsideradas y rapaces y cuando el maestro no ha dado más de sí (y hablamos de días titánicos de 16 horas en la mesa de dibujo y 4 álbumes por año) han recurrido a un ejército de colaboradores con total impunidad. Hasta en la intachable Alemania han sacado historietas espurias para satisfacer la demanda. Aquí se han editado integrales sólo con las obras auténticas de Ibáñez, (sin especificar porqué en su tiempo se publicaron las falsarias) Es difícil encontrar un límite de su desfachatez.


Ante esta evidencia surgen, o más bien bullen, una serie de cuestiones. La primera: ¿Realmente Ibáñez realizaba el guion sobre la marcha? Recordemos que los álbumes no pueden superar las 44 páginas. Es lógico pensar que hay una parte del guion, tal vez completo, tal vez esbozado que no se reproduce.



La segunda: ¿Realmente Ibáñez dibujaba con ese brío a sus 87 años? ¿No habrá sido ‘mejorado’ por alguno de sus colaboradores? Hace poco tiempo unas declaraciones de su entintador, Juan Manuel Muñoz Chueca, abrieron la caja de los truenos. Ya hemos señalado que las viñetas nos recuerdan al mejor Ibáñez, no al dibujo flojo y repetitivo de muchos de sus últimos álbumes (que ya no sabemos si son originales suyos).


La tercera y última: ¿Se planteó la editorial completar la historieta y venderla como auténtica? Esto es ya es pura especulación, pero contaban con la tecnología y la falta de ética suficiente para realizarlo.



Tal vez pensaron que esta edición prestigiosa sería más rentable y contribuiría a afamar al autor. En España nos gusta mucho elogiar a los muertos. Ni que decir tiene que tanto Reverte como Canyssá nada añaden sobre la explotación laboral de Ibáñez o sobre los mortadelos espurios. La familia y la prensa también colaboran en ofrecer una versión blanqueada del dibujante. En esta especie de beatificación no podía faltar el detalle de dejar la mesa de trabajo como él la quedó.




 Concluiremos esta reseña, que ya es una invectiva, con otra desagradable realidad. Ibáñez se ha ido de esta España sin un premio de renombre. Comenzó siendo un dibujante de tebeos y lo ha sido toda su vida. Por lo menos para los representantes de lo que se denominan cultura. De ese pasado que ya nos comienza a resultar lejano (e incómodo) nos gusta recordar a Luis Martín-Santos y el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. Ibáñez nos obliga a recordar los kioscos que cambiaban tebeos, a las librerías de estación con todas las novelas de Marcial Lafuente Estefanía, a ajadas versiones de El Amante de Lady Chatterley que circulaban de tapadillo… Era una pobre España que, mal que bien, por fin alcanzaba un grado de alfabetización superior al sonrojo. Eso sí, lo hacía por su cuenta, con historietas del Guerrero del Antifaz o producciones de Corín Tellado. Tal vez nos duela recordar todo eso, reconocer que Escobar ha llevado más niños a las bibliotecas que Gloria Fuertes o que Luisa María Linares ha hecho más por la causa de la mujer española que Clara Campoamor o la Pasionaria.


Concluiremos esta reseña, que es ya una endecha, con una endeble falsificación. Nos despedimos con un «buenas noches», y empujamos las pesadas y broncíneas puertas del palacio de la cultura y saldremos a la noche. Y nos echaremos a andar a toda prisa por esas calles húmedas y oscuras, en busca de los tranvías de a peseta.

 

viernes, 22 de noviembre de 2024

Fallo del IX Concurso de Relatos de Terror

 


Al mediodía del pasado quince de noviembre (viernes) el jurado del Concurso de Relatos de Terror organizado por la Biblioteca “Nulla Dies Sine Linea” emitió su veredicto:

En el Primer Ciclo de Secundaria la obra ganadora ha sido El Marqués del alumno de 2.º de ESO «C» Jesús Álvarez Rodríguez. Ha quedado finalista con su obra Nunca se sabe el alumno de 2.º de ESO «C» Adrián Gómez Álvarez.

En el Segundo Ciclo de Secundaria la obra ganadora ha sido El Carnicero del Hotel  del alumno de 4.º de ESO «A» Andrés Ruiz Barrera. Ha quedado finalista con su obra Las Minas el alumno de 4.º de ESO «A» Daniel Pavón Gómez.

En Bachillerato la obra ganadora ha sido Delirios de Halloween de la alumna de 1.º de Bachillerato «B» Araceli Luna Rodríguez. Han quedado como finalistas dos alumnas. La primera es la alumna de 1.º de Bachillerato «B» Natalia Pavón Pérez con su obra En blanco y negro. La segunda  es alumna de 2.º de Bachillerato «A» Andrea Rodríguez Delgado con su obra Donde estamos. La categoría de finalista es compartida ex aequo, pues ambas lograron el mismo número de votos del jurado.

En Ciclos la obra ganadora ha sido Del sueño a la pesadilla de la alumna de 1.º de TGA Estela Ruiz Caro. Ha quedado finalista en esta categoría con su obra El Instituto Encantado la alumna de 1.º de TGA «A» Alba María Muriel Gómez.

El jurado quiere agradecer  los numerosos originales recibidos, que han ascendido a la cifra de 41 relatos. Si en la reseña de la convocatoria del año pasado comentábamos que el certamen se encontraba en su mejor momento, en la de este curso habrá que señalar que se han superado todas las previsiones. De hecho, para hacer público el fallo, hemos tenido que diseñar no un cartel, sino dos. Se han cubierto todas las categorías y ha habido que improvisar en todas ellas la categoría de finalista, pues la concesión de los premios ha sido más que reñida debido a la calidad de las obras presentadas.

 Por tanto, la cantidad de obras que se han presentado no ha abaratado el nivel, antes, al contrario. Los siete miembro del jurado han trabajado lo suyo  primero para poder leer todos los relatos presentados y después para decidir el mejor entre una serie de historias de sobresaliente calidad literaria.

Para la fotografía que encabeza esta entrada ha sido imposible reunir el parnaso de los triunfadores del certamen. De izquierda a derecha posan Adrián Gómez Álvarez, Araceli Luna, Daniel Pavón y Andrés Ruiz. No faltaron a la cita las entidades tenebrosas de nuestra biblioteca: Nigredo (bajo sus mallas se oculta Álvaro Marín Ojeda), El Espanto (encarnado por Jesús Rivero Reyes) y Huesotaco (interpretado por Daniel Rodríguez Marín). Todos ellos son alumnos del 4.º de ESO «A» y es la primera vez que se animan a participar en nuestras performances.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Novedades de nuestra biblioteca: «Monstruos Ibéricos» de Javier Prado

 


Autor: Javier Prado
Título: Monstruos Ibéricos (Ogros y asustaniños españoles)  
Literatura infantil, folclore, terror  
Editorial: Maldragón
140 páginas  
                                           
Que no nos engañe su bizarro título o su tenebrosa portada, Monstruos ibéricos es un estudio concienzudo y bien documentado que describe y cataloga a todas esas criaturas malévolas y espectrales inventados por los padres (o eso creemos) para amedrentar a sus vástagos y que  se comportaran como Dios Manda.


Siguiendo la tradición de los bestiarios, Javier Prado nos ofrece de cada uno de estos entes una descripción completa de su forma y su origen amantes que ocupa toda una página seguida de inspirada ilustración de su mano y que ocupa el folio entero siguiente.  Sobre algunas de estas entidades, el autor ya advierte que su aspecto es desconocido, o se basa en testimonios muy vagos o se registran versiones contradictorias. No importa, pues él las lleva al papel con inventiva no exenta de verosimilitud. En este arte de la imagen fabulada pero verosímil, también recrea a los escritores de los bestiarios. Y es que la inteligencia artificial lleva ya siglos funcionando.

Bajo el notorio influjo de Lewis Carroll, Gilberth K. Chesterton, Jorge Luis Borges, Italo Calvino y de Umberto Eco, nuestro autor estructura un orden laberíntico, un catálogo de ectoplasmas, un listado absurdo pero coherente, en suma. Estos seres de pesadillas quedan encuadrados en diversas categorías tales como “devoradores y tragones”, “secuestradores”, “asustaniños acuáticos”, etc.

Sobre la génesis de estas pesadillas habría que remontarse a épocas pasadas, cuando las madres y padres recurrían al terror para controlar a los niños, ideando horrores imaginarios a los que temer y respetar. Estos “ogros”, “cocos” o “asustaniños”, por usar un término lo más general posible, representan una de las familias de seres fantásticos más amplias del folclore universal, y prácticamente todos las culturas cuentan con una nutrida legión de personajes siniestros encargados de castigar a los infantes díscolos.

La utilización de estos cocos no sólo obedecía a la titánica batalla de mandar a los niños a la cama. También respondía a otro instinto muy claro: el de supervivencia. Pues estos seres solían habitar lugares peligrosos: pozos, ríos, cuevas… en definitiva, sitios donde un muchacho podía malograrse con facilidad.

Visto ahora, este recurso puede resultar risible y los monstruos que genera pueden parecer entrañables. Conviene entonces recordar que en que aquellos tiempos pasados, o sea hasta hace no muchos años, raptar o asesinar a un niño podía ejecutarse con facilidad y que solía quedar impune. Los infantes no podían (no debían) fiarse sino de sus progenitores. El autor se hace eco de la bárbara costumbre, documentada por Vicente Blasco Ibáñez, de llevar niños de la Huerta a esa confusa urbe que era Valencia y abandonarlos allí, siendo sus propios padres los ejecutores de este horror sin nombre.

El lector se asombrará (en el sentido antiguo de este verbo) de la crueldad con la que estos monstruos se manejaban. El autor señala precisamente cómo a menudo los castigos que estos ogros aplicaban a sus víctimas eran tan terribles que, más que de la mente de unos padres corrientes, parecen sacados de la pluma de un retorcido escritor de terror.

Recordemos que el fin moralizante parecía justificarlo todo. Las versiones originales de los cuentos infantiles decimonónicos abundan en detalles truculentos, Pinocho en su primera redacción acababa  con la ejecución ejemplar del protagonista. No hablemos ya de sanguinarios repertorios como las canciones infantiles inglesas o títeres como Punch y Judy. Y no hace falta recurrir al extranjero. La primera etapa de la historieta española es más negra que el betún, y precisamente por su supuesto efecto moralizador esquivó la censura hasta la Ley Fraga. Tras el terremoto que esta supuso en el cómic español, sólo quedó en pie Doña Urraca de esta etapa tétrica.


Pero aquí hemos venido a tratar de Monstruos Ibéricos y su contexto. Algunos investigadores han creído encontrar restos de creencias precristianas en algunos de estos monstruos ibéricos o en sus sangrientas hazañas. Por ejemplo, el omnipresente temor a la luna en todo el ámbito rural hispano. Javier Prado prefiere no dedicar espacio a esta cuestión. En cambio, si se detiene en demostrar el caso contrario: personajes históricos que acaban ocupando el papel de asustaniños. Es el caso de Herodes. el Conde Arnau, Francis Drake, diversos sacamantecas del siglo XIX y hasta el mismísimo Don Miguel de Unamuno.

La editorial recomienda el libro a los estudiosos de la mitología, los amantes de los cuentos populares e incluso los seguidores de los juegos de rol, a modo de bestiario. Nosotros añadiríamos al público en general, adultos y niños, que quieran aprender asustándose. Se trata de un libro ameno y si el autor es riguroso en sus estructuras y en su selección, escribe cada semblanza con entera libertad y busca siempre sorprender al lector. La erudición es la justa para ilustrar al lector, no para ahogarlos en notas o en referencias. En suma, se trata de una excelente adquisición para nuestra biblioteca (ya anda rodando por el préstamo) y desde aquí recomendamos su lectura.

domingo, 17 de noviembre de 2024

La Biblioteca Encantada – Escape Room

 


Un fantasma revoltoso ha quedado atrapado en esta biblioteca. Ha jugado con sus libros para esconder la llave bajo un hechizo e impedir que no podamos salir. Encuentra la clave oculta bajo los enigmas escondidos en sus libros favoritos… Recuerda tiene menos de una hora para escapar de aquí.

 Así comenzaba la actividad con la que en este curso hemos querido acercar a nuestros alumnos a la literatura de misterio y de terror. Se trata de un escape room en el que el alumnado tendrá que buscar información en una serie de libros para poder salir de una biblioteca convertida en mansión encantada y poblada por una serie de personajes enmascarados muy poco recomendables. Añádase la penumbra y quedará completa una ambientación tan terrorífica como emocionante.

 En esa serie de libros figuran Bram Stoker, Edgar Allan Poe y  otros autores clásicos e imprescindible de la intriga y el terror y que esperamos que descubran nuestros alumnos y se aficionen a leerlo.


 Gracias a la profesora Rocío Ojeda y a sus entregados alumnos de 3.º de ESO “A” José Ramón Aguilar, Ángel Carmona, Irene García, María Moral, Cristian Rodríguez y Alba Villaécija, nuestra biblioteca ha quedado ambientada de forma terrorífica. Los mismos alumnos se han repartido los papeles de los distintos personajes que, como las fotos que adjuntamos demuestran, dan un susto al miedo.

  La actividad se desarrolló en la última semana de octubre… y, visto su éxito y que otros grupos querían participar se prolongó en la primera semana de noviembre. En suma, el Escape Room se ha prolongado casi un mes, pues debe tenerse en cuenta el tiempo de montaje y el de recogida. Una vez más, y las que sean necesarias, agradecemos a Rocío Ojeda y sus alumnos su dedicación y profesionalidad.


 A los sobresalientes méritos de esta actividad queríamos añadir los sentidos recuerdos que evoca. Con otro nombre y otros contenidos, pero ha vuelto nuestro Cementerio de los Libros Olvidados con figurantes y todos. Hemos tardado cuatro años en los que ha pasado de todo, hasta una pandemia, pero entre los profesores que nos dedicamos a la biblioteca y en los alumnos que la frecuentan  se mantiene ese mismo entusiasmo, esa ilusión, ese fantasma revoltoso que nos mueve a plantear (y disfrutar) con actividades como estas.


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Enlace al Escape Room:


 
https://view.genially.com/6719290b922532dbba564261/interactive-content-horror-escape-room

 

La actividad en el Instagram de nuestra biblioteca:

 

https://www.instagram.com/p/DCEkseOtwYC/

 

 

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Novedades de nuestra biblioteca: «La Última Biblioteca» de Freya Sampson

 


Autora: Freya Sampson 
     Título: La Última Biblioteca (The Last Library)      
     Amor, el placer de la lectura 
     Editorial: Maeva 
     280 paginas                                                                                                                                                                                                                        

Ha sido la última lectura de Ángela Martínez, profesora de Geografía e Historia

El libro llegó a mis manos en un momento clave, justo en la semana de la reapertura de nuestra Biblioteca del instituto, regalo de mi compañero y amigo Enrique Viola.

Se basa en la historia de June Jones, una bibliotecaria que vive en una pequeña población llamada Chalcot en Reino Unido, June apenas tiene amigos, y solo se relaciona con las personas que trata cada día en el trabajo, pero, fuera de la biblioteca, es una persona tímida y solitaria que prefiere la compañía de los libros.

Cuando el Gobierno regional amenaza con cerrar la biblioteca, los usuarios habituales organizan una protesta, y June tendrá que salir de su mundo y unirse a ellos si quiere salvar lo que da sentido a su vida. En el camino, aprenderá mucho sobre sí misma y sobre la importancia de la amistad, la comunidad y, por último, del amor.

La lectura ha sido muy fácil y amena, es una novela preciosa que resalta el valor de defender los lugares que nos importan.