jueves, 16 de enero de 2025

Novedades de nuestra biblioteca: «Tomás Beviá Aranda» de Ceferino Aguilera Ochoa

 


Autor: Ceferino Aguilera Ochoa
Título: Tomás Beviá Aranda (1907, Andújar – Écija, 1999) El rojo que tenía la hostia blanca
Biografía
Editorial: Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras Luis Vélez de Guevara. Écija.
316 páginas.

Con un año de retraso entra en nuestra biblioteca esta obra escrita por nuestro compañero de la SAFA, Ceferino Aguilera Ochoa. Se trata de un libro monumental, impresionante y, sobre todo, muy necesario.

Realizar la biografía de un autor tan polifacético y longevo como Tomás Bevía requiere un esfuerzo más que considerable, digno del que aborda la construcción de un monumento, de una obra destinada a perdurar en el tiempo. Al consultar el volumen uno no puede sino impresionarse ante el caudal de datos reunidos, lo ingente de la  bibliografía y – supremo tesoro- la confección de la producción completa de un escritor tan prolífico.

Y al leerlo descubrimos que se trataba de una obra muy esperada, de un libro muy necesario. Pues en él revive no solo la figura de Beviá, sino también la  Écija de su época. Entre las revelaciones que encontramos en esa revisión de nuestro pasado inmediato la que más apreciamos es la etapa fundacional de nuestro Centro, entonces instituto laboral. Recordemos que Tomás Beviá fue profesor de francés de nuestro Centro y que formó a varias generaciones de ecijanos.

El libro se organiza en ocho capítulos: los tres primeros, tras el prólogo, los agradecimientos a los diversos patrocinadores y una introducción sobre el “saber biográfico”, se centran respectivamente en

1)     La época de contrastes en que transcurrió la vida de Tomás Beviá, en esa línea del tiempo que muestra su contexto histórico-literario.

2)    Su trayectoria literaria a través de cuatro etapas biobibliográficas principales en las que se ha pretendido mostrar el itinerario creador de su vida y de su producción artística de manera cronológica y sintética a fin de completar una visión más unitaria de su obra, necesitada aún de una recopilación de su correspondencia epistolar, así como de sus piezas pictóricas y musicales dispersas.

3)    El estudio crítico, filológico.

4)    La publicación definitiva de su relato corto autobiográfico El rojo que tenía la hostia blanca, ausente aún en los fondos de la Biblioteca Nacional de España y largamente anhelada hasta hoy su publicación final, después de ganar en 1985 el Primer Premio del Primer Concurso Nacional de Novela Corta de la editorial Comunicación Literaria de Autores, actualmente desaparecida.

5)    Una visión de conjunto de la bibliografía consultada ordenada alfabéticamente y distribuida en las notas a pie de página.

6)    Un apéndice final dedicado a sintetizar su trayectoria biobibliográfica en un cuadro cronológico integrador.

7)    Una selección de los premios y reconocimientos obtenidos a lo largo de su larga carrera profesional y literaria.

8)    Una selecta galería de fotos de su trayectoria biográfica (por su poder evocador, su cualidad de espejo del pasado y fuente de memoria).

Los noventa años de existencia de nuestro escritor suponen, además, un repaso a todo nuestro siglo XX, desde la crisis del sistema de la Restauración hasta el afianzamiento de nuestra democracia y Ceferino Ochoa se preocupa por que el lector lo advierta. No se trata de un simple marco cronológico, sino de un escenario cambiante que trastorna la vida de Tomás Beviá y la de su familia.

La inclusión del relato autobiográfico  El rojo que tenía la hostia blanca resulta muy oportuna. Se inspira en las vivencias del propio Beviá. Al escritor le sorprende la Guerra Civil en la zona denominada “roja”.  Su talante conservador y su acendrado catolicismo lo convierten, en principio, en víctima. No obstante, su vida es respetada, es destinado al frente y asciende en el ejército republicano. Al mismo tiempo es, en sus palabras, un Tarsicio en la trinchera, pues consigue comulgar habitualmente y además comparte con otros soldados las formas consagradas que consigue obtener.

Finalmente, consigue desertar y pasar a la zona “azul” y allí, pese a su alineamiento con los valores tradicionales y su fe incondicional, es tratado como prisioneros, pasa por varias cárceles y es sometido a juicio y “depurado”.  El régimen franquista, que se había desentendido de la suerte de las personas afiliadas a la derecha en el área republicana, trató a Beviá y a todos los supervivientes como “rojos” y “colaboracionistas”. Evidentemente, se trataba no sólo de acabar no solo con los valores progresistas, sino también con borrar del recuerdo a la CEDA o la incompleta democracia de la Restauración.

Gracias al libro de Ceferino Ochoa conocemos el libro de Beviá y su trasfondo. Y de nuevo conocemos otra triste historia de un escritor en la Guerra Civil, otro escritor no alineado y que precisamente por no encuadrarse en uno o en otro bando, fue despreciado por unos y por otros.

Este y otros descubrimientos aguardan al lector que se aventure por la páginas de este libro. Aunque se limite a contemplar las fotografías y leer sus pies encontrará un retrato cabal de una Écija y una España que no se fue, pues se transformó en la que vivimos ahora. En pocos libros hemos encontrado una impresión tan vívida del tiempo pasado.

Esta portentosa reconstrucción de la vida de Tomás Beviá, de sus libros y de sus circunstancias, ha sido posible gracias a la colaboración de la familia del escritor. Es digna de encomio su tenacidad para guardar sus libros, fotografías, cuadros y ese impreciso ajuar que da sentido a nuestra existencia. Verdaderamente, ellos comprendieron antes que nadie el talento y la excepcionalidad de la persona, no del personaje.

Otro colaborador ha sido nuestro compañero Rafael Amadeo Rojas, autor del inspirado prólogo y de la pintura en la que se basa la portada, obra espléndida como todas las que salen de su pincel. Amadeo fue uno de los incontables alumnos de Beviá y otra persona que supo reconocer la bonhomía y la genialidad de esta persona incomparable.

Ahora, y gracias a este libro, se nos brinda la posibilidad de volver a conocerlo y de revivir su luz. Vaya nuestro reconocimiento a Ceferino Ochoa y a todos los que han colaborado en su empresa. Pues han querido compartir su tesoro con nosotros.



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