La labor de gestionar la biblioteca resulta
muy gratificante, pero no olvidemos que se trata de una tarea ardua, de tal
forma que ocuparse de su coordinación, no es ni mucho menos un premio o una
sinecura. El recuerdo de quienes la han ejercido es memoria de personas altruistas
y entusiastas.
Habría pues que remontarse al curso 2006-2007
cuando Lola Roldán comenzó su andadura como coordinadora de biblioteca. Evidentemente,
la biblioteca ya existía desde hacía mucho antes, pero su funcionamiento se
limitaba a almacenar libros y a ponerlos a disposición de los pocos lectores
existentes ya sea en la sala de lecturas o fuera de ella mediante un anquilosado
servicio de préstamo.
Lola Roldán significó para la biblioteca una
verdadera revolución. Catalogó entonces todos los libros, puso en marcha el
abies, inició el grupo de alumnos ayudantes, dinamizó las actividades, buscó
celebraciones para los días más señalados del calendario escolar..., en fin,
convirtió la biblioteca en lo que es ahora.
Lola Roldán dejó el Vélez en el curso
2009/2010. Fue para acercarse un poquito más a su casa, como decimos los profesores.
Le sucedió en el cargo Isaac Páez, que tuvo que abandonar el cargo al poco
tiempo por una incompatibilidad burocrática. Llegó el turno entonces de Miriam
Alcantarilla. Esta profesora se propuso conservar y continuar el legado roldaniano
y lo consiguió. A los certámenes y actividades ya existentes unió otros nuevos,
en especial el Cementerio de los Libros Olvidados y Las Jornadas del
Cómic. Promovió, además, un grupo de profesores comprometido y eficaz.
A inicios del curso 2017/2018 Miriam
Alcantarilla se vio obligada a abandonar la coordinación de la biblioteca para asumir
un destino aun más ingrato: su participación en el Equipo Directivo del Vélez.
Fue entonces cuando Feli González asumió el reto.
Si la reseña de su labor al frente de la Coordinación
de la Biblioteca ha exigido esta hazañosa introducción, es para marcar la
continuidad con la gestión de sus predecesoras. Al igual que Miriam, Feli ya llevaba
años desempeñando una labor tan callada como competente en el equipo de
profesores y conocía sobradamente las líneas maestras de la administración de
la biblioteca de nuestro IES.
Y las conocía también que, sin rubor, puede
afirmarse que las llevó a la plenitud. Los certámenes como el Nulla Dies Sine
Linea suscitaron una verdadera avalancha de participantes. Actividades como
los ya citados Cementerio de los Libros Olvidados y Las Jornadas
del Cómic conocieron un esplendor desconocido. Cada recreo, la biblioteca llegaba
al lleno absoluto de alumnos y el servicio de préstamo experimentó una subida
sin asíntota. Queremos remarcar que estos logros deben ser contemplados como éxitos
de Feli, pero también como remate de una labor iniciada mucho antes por sus
predecesoras.
Feli también puso en marcha iniciativas
propias como las campañas Un libro, una ilusión o Lecturas destacadas.
Sus exposiciones en el pasillo principal ya fueran por el Día de la
Lectura en Andalucía, Las Jornadas del Cómic o por otras efemérides fueron
un modelo de inventiva y preparación. Deben mencionarse también la
actividad de Intercambio de Libros y el concurso Cara-Libro, que,
si no fueron idea suya, contaron con su colaboración más decidida.
Los logros de su gestión no acaban ahí.
Continúo la labor de seleccionar un grupo de profesores, hasta perfilar un
equipo marcado por el compromiso con la biblioteca y la animación lectora.
Paralelamente, enriqueció la biblioteca con un acervo impresionante de libros.
En su selección buscó tanto la satisfacción de nuestros jóvenes lectores como
la de perfilar un panorama representativo de la literatura universal, un difícil
equilibrio entre las novedades del momento y los imperecederos clásicos. En
esto, como en otras tantas acciones se evidenciaba un auténtico amor por los
libros y un consiguiente esfuerzo por animar a su lectura.
No podemos olvidarnos del paso del Abies al Séneca.
Esta reforma exigió un considerable trabajo que se prolongó durante más de un
curso. Afortunadamente tanto la coordinadora como su equipo demostraron estar a
la altura del reto.
Y llegó marzo de 2020. Y la temporada de auge
que hasta entonces vivía la biblioteca se trocó en desolación. Cuando volvió a abrir
sus puertas en septiembre de 2020, fue como sombra de lo que había sido. Sobrevivió
como aula de convivencia y se vio sometida a terribles rigores en cuanto al
aforo de lectores. Este panorama se ha prolongado durante dos largos cursos,
2020-2021 y 2021 -2022.
No obstante, en este periodo de aflicción nuestra
coordinadora no se arredró. Es más, dio entonces las muestras más evidentes de
su talento y de su compromiso con la empresa civilizadora que significaba la
biblioteca. Consiguió que la biblioteca continuara abierta, mantuvo el servicio
de préstamo y demostró tanta tenacidad como inventiva para ir reflotando las Jornadas
del Cómic y otras actividades de animación lectora.
Como antaño Lola Roldán, Feli se despide de
nosotros en este curso para acercarse un poquito más a su casa. Nos deja una biblioteca
bien gestionada, plenamente recuperada de las estrecheces de la pandemia y con
un equipo de profesores coordinado y rebosante de entusiasmo. Nos cede también
varias hornadas de escolares que, bajo su férula, han aprendido a disfrutar de
la lectura, a iniciarse en la creación literaria o a manejar las claves del
arte de la historieta. Que la pena que
nos causa su ausencia se redima en continuar todo este impresionante legado.
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