martes, 6 de diciembre de 2022

La conciencia regional andaluza en 1978

 


El refrendo oficial  a la celebración del 4 de diciembre como el Día de la Bandera Andaluza ha servido para rememorar el proceso que llevó a los andaluces a conseguir su autonomía. Y también a todos los españoles, pues, como es sabido, nuestra región compartió la llama de la identidad con el resto de las regiones. Hoy que conmemoramos la constitución de 1978 debemos recordar el aporte andaluz a la transición, a no dudar, el más espontaneo y, también, el más generoso.

A esta recuperación del pasado, que es afirmación de nuestra identidad, queremos contribuir con la publicación, en texto y en escaneo, de un análisis de la situación política de la región en 1978 titulado «Andalucía, hoy, La conciencia regional». Es el tema décimo séptimo del libro Andalucía escrito por Juan Díez García (que además ofició de coordinador), Juan Aranda Doncel (autor del tema que reproducimos) y Francisco Rubio Carmona. Anaya lo publicó en 1980 en Madrid. Nuestro Instituto adquirió varios ejemplares para la Biblioteca y lo que entonces era el llamado” Departamento de Sociales”.

El tema presenta una síntesis bastante objetiva de la realidad andaluza de aquel entonces y de las esperanzas que se albergaban en aquellos días. Como en cualquier testimonio pasado, encontramos figuras que entonces destacaban, pero cuyo prometedor futuro no se materializó y personajes nombrados de pasada y que hoy tienen un puesto en la historia, como Rafael Escudero.

Las ilustraciones que sirven de complemento y de descanso para la vista tienen también su mérito. Uno se queda con las efigies de algunos políticos en sus años mozos y con un potente cartel pro manifestación del 4 de diciembre que tiene toda la pinta de permanecer inédito. La panorámica de Écija tomada desde el otro lado del Genil tiene también su valor histórico, bien que proviene de otro tema (n.º 26 – «La Andalucía del Guadalquivir»).  Su pie de foto afirma lo siguiente: «Écija, “la ciudad de las torres” con trazado urbano musulmán, es un importante centro comercial situado en la “Hoya del Genil”.»

 Andalucía, hoy. La conciencia regional

La nueva etapa histórica que vive España abre una ventana de esperanza a la crítica realidad andaluza. El crónico subdesarrollo de la región reclama una serie de medidas encaminadas a mejorar la situación económica y social. Pilar básico será una fuerte y decidida conciencia regional que apoye, por encima de los intereses particulares, a los órganos rectores de la futura autonomía de Andalucía.

1. Los inicios de una nueva etapa histórica

Con la muerte del general Franco, en noviembre de 1975, se cierra un ciclo de la historia española y se abre una nueva etapa con la restauración monárquica en la persona de Juan Carlos I de Borbón. Se inicia una serie de reformas políticas cuyo objetivo fundamental es el tránsito del franquismo* a la democracia. En julio de 1976 se nombra un gobierno presidido por Adolfo Suárez que va a acelerar, en un plazo de tiempo muy corto, el establecimiento de un régimen democrático. Para ello se somete a referéndum la Ley de Reforma Política, aprobada en diciembre de 1976, y se convocan, el 15 de junio de 1977, elecciones generales para el Congreso y el Senado*. En dicho período tiene lugar una amnistía para presos políticos, regreso de exiliados y reconocimiento legal de partidos políticos y centrales sindicales.

En el referéndum de finales de 1976 el porcentaje de votantes en Andalucía supera el 80 por 100, a pesar de la llamada a no acudir a las urnas por parte de las fuerzas políticas de la oposición. El abstencionismo fluctúa desde cerca del 20 por 100 en la provincia de Málaga a poco más del 16 por 100 en la de Huelva. La Ley de Reforma Política queda aprobada por aplastante mayoría, ya que la cifra de votos en contra será insignificante, no rebasando ninguna provincia el 2,5 por 100.

Andalucía va a ser la región española, en función del número de habitantes, que cuenta con la mayor cifra de representantes tanto en el Congreso como en el Senado: 59 diputados y 32 senadores. En las elecciones del 15 de junio concurren en Andalucía, al igual que en el resto del país, candidaturas de todas las tendencias políticas a través de partidos, coaliciones y grupos independientes. Las fuerzas de marcada línea regionalista están representadas, principalmente, por el PSA, que presenta candidatura en todas las provincias en coalición con el PSP (Partido Socialista Popular), el MSA (Movimiento Socialista Andaluz) y la URA (Unión Regional Andaluza), presentes sólo en algunas provincias.

La cifra de electores representa una media regional del 78,71 por 100, registrándose el porcentaje mayor y menor de abstenciones en las provincias de Granada v Jaén. En las elecciones para diputados en el Congreso, UCD resulta vencedor en Huelva, Granada y Almería, mientras que el PSOE triunfa en las restantes provincias andaluzas. Ambos partidos consiguen 53 diputados, de los que 27 corresponden al PSOE, mientras que el PSP y PCE logran uno y cinco escaños respectivamente. Los 32 senadores en disputa se reparten de esta forma: 12 UCD, 10 PSOE, 6 Senadores para la Democracia y 4 independientes. Los electores andaluces se inclinan por las fuerzas políticas de izquierdas; los grupos regionalistas y la derecha son derrotados.

2. El triunfo de las izquierdas y el avance de los nacionalistas

Las Cortes elegidas en 1977 ponen en marcha el mecanismo legislativo, siendo el objetivo primordial la elaboración de una Constitución que sirva de marco a la reciente situación política del país. Los esfuerzos culminan el 6 de diciembre de 1978, fecha en la que el pueblo español, mediante referéndum, la aprueba mayoritariamente. Meses después tiene lugar la convocatoria de nuevas elecciones generales y las primeras municipales, cerrándose de esta manera el proceso democrático. Dos rasgos caracterizan a las susodichas consultas: el triunfo de las izquierdas y el notable avance de los nacionalistas andaluces.

Las elecciones del 1 de marzo en el conjunto de Andalucía arrojan un total de 24 diputados para UCD, mientras que los partidos de izquierda suman 35 escaños distribuidos de esta forma: 23 PSOE, 7 PCE y 5 PSA-Partido Andaluz. Tales resultados, en comparación con los del 15 de junio de 1977, significan un descenso de las dos fuerzas mayoritarias en favor de los comunistas y nacionalistas.

Los andalucistas obtienen resultados sorprendentes. Consiguen triplicar el número de votos en Sevilla, Huelva y Córdoba; los duplican en Málaga, Jaén y Cádiz; suben un 50 por 100 en Granada, mientras que en Almería experimentan pocos cambios. Por último, los 32 senadores se reparten entre PSOE y UCD, con 20 y 12 puestos respectivamente.

En las elecciones municipales celebradas el 3 de abril, en las que se produce una fuerte abstención, logran vencer las fuerzas de izquierda, triunfo acrecentado por el pacto suscrito entre ellas. De la alianza entre socialistas y comunistas a nivel nacional forman parte también en el caso de Andalucía el PSA y el PTA. Ello se traduce en que los dirigentes de la mayoría de los ayuntamiento que superan los 20.000 habitantes pertenecen a la izquierda. Los alcaldes de las capitales de provincia están vinculados al PSOE, excepto Sevilla, perteneciente al PSA, y Córdoba, regentada por los comunistas, una de las grandes sorpresas de estos comicios. Aunque el PSOE detenta gran parte de los mayores núcleos de población, importantes municipios se encuentran regidos por el resto de los partidos integrantes del antedicho pacto:

- Partido Comunista de España: Algeciras, Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Montilla, Dos Hermanas.

- PSA-Partido Socialista Andaluz: Jerez de la Frontera, San Fernando, Écija, Ronda.

- Partido del Trabajo de Andalucía: Estepona, Motril.

En contrapartida, el hecho de que UCI controle gran número de pequeñas entidades de población se traduce en un mayor equilibrio de fuerzas en la cuantía de representantes provinciales. Este partido ostenta la presidencia de cuatro Diputaciones -Almería, Granada, Córdoba y Huelva-, mientras que el resto están dirigidas por el PSOE.

3. Presente y futuro de la economía andaluza

El subdesarrollo andaluz se muestra en los momentos actuales con toda su crudeza, teniendo en el paro una de las realidades más problemáticas. El sector agrícola, base de la economía de la región, atraviesa una etapa difícil en virtud de la baja rentabilidad. Esta situación afecta con mayor intensidad a los pequeños y medianos agricultores, que manifiestan sus protestas sacando los tractores a la carretera. Ejemplos bien elocuentes son las denominadas «guerras» del olivar, algodón, remolacha.

El sector industrial también presenta una situación preocupante. La debilidad de la industria andaluza se resiente al menor contratiempo económico. Hay que tener en cuenta que el 65 por 100 de las empresas ocupan a menos de cinco trabajadores y sólo el 0,3 por 100 tiene más de quinientos. Al mismo tiempo, Andalucía carece de unos recursos financieros sólidos. A fines de 1977, los depósitos bancarios de la región se estimaban en 650.000 millones de pesetas. La mayor parte de estos ahorros emigra para ser invertidos en otras zonas del país. De ahí la urgente necesidad de la regionalización de la inversión de los fondos de las Cajas de Ahorro.

Consecuencia directa del subdesarrollo económico es la problemática del paro, que afecta a la población activa ocupada tanto en la agricultura como en la industria. En la actualidad presenta caracteres más agudos debido a la saturación de los mercados de mano de obra en las regiones desarrolladas españolas y en los países de la Europa occidental, abastecidas de emigrantes andaluces. La situación afecta a todo el ámbito regional, ocupando un triste primer lugar Cádiz, la ciudad española con mayor índice de paro, 15,9 por 100 de desempleo sobre su población activa en 1978.

La creación de un órgano promotor del desarrollo anda-luz, SODIAN (Sociedad Desarrollo Industrial de Andalucía), con un capital de 1.000 millones, puede contribuir de forma notable en el despegue de la región. Pero necesitará el concurso financiero de entidades bancarias y del apoyo de los organismos oficiales. Sin duda, el desarrollo de Andalucía pasa por su industrialización, basada en la transformación de los productos agropecuarios y completada con los sectores químico, siderúrgico, construcción, fertilizantes, transportes, etc.

Son necesarias empresas que creen suficientes puestos de trabajo y reduzcan las altas cifras de parados que se dan en la región.

4. La conciencia regional

El grado de conciencia regional por parte de los andaluces está caracterizado por una cierta debilidad. En los dos últimos años se ha llevado a cabo una intensa actividad, a muy diversos niveles, en este sentido.

En mayor o menor grado la casi totalidad de los partidos políticos incluyen en sus programas la cuestión autonómica y han expresado su preocupación e interés por la misma. Resultado de esta labor, ha sido la convocatoria a todos los andaluces para manifestar su apoyo a la autonomía. El 4 de diciembre de 1977, más de un millón de personas salen a las calles de las ciudades de toda la geografía regional enarbolando banderas verdiblancas.

En el plano cultural, dos acontecimientos marcan hitos muy importantes. El primero va a ser la celebración del I Congreso de Historia de Andalucía, promovido por la universidad de Córdoba en diciembre de 1976, con sesiones de trabajo en las restantes universidades andaluzas. Las ponencias y comunicaciones presentadas constituyen un paso gigantesco en el conocimiento del pasado y presente de los hombres y las tierras de la región. El segundo será la inauguración, en abril de 1978, del Congreso de Cultura Andaluza en el marco histórico de la Mezquita-Catedral cordobesa.

Dentro de estas coordenadas se sitúan la reedición del pensamiento de Blas Infante y los estudios efectuados en torno al tema regional por los profesores Domínguez. Ortiz, Lacomba y Sermet.

Recientemente, Nieto Cumplido remonta al medioevo los orígenes del regionalismo andaluz.

También hay que citar la aportación de literatos y artistas, así como la que llevan a cabo los órganos informativos prensa, radio de la opinión pública.

5. La marcha hacia el régimen preautonómico

Cuatro meses después de las elecciones generales, el 12 de octubre, se constituye la Asamblea de Parlamentarios* Andaluces, iniciándose reuniones periódicas que tienen como objetivo la redacción de un proyecto de régimen preautonómico de Andalucía. Tras superar una serie de obstáculos, derivados de la disparidad de criterios de las diferentes fuerzas políticas, se llega a un acuerdo en la redacción, que será aprobado en Consejo de Ministros celebrado el 19 de abril de 1978.

El articulado del régimen preautonómico establece que el territorio andaluz abarca los municipios comprendidos dentro de los actuales límites de las ocho provincias, e instituye la Tunta de Andalucía como órgano de gobierno regional. Dicha Junta está integrada por el Pleno y el Consejo Permanente, de los que forman parte parlamentarios y representantes de las Diputaciones Provinciales respectivas.

El paso siguiente va a ser la constitución de la Junta de Andalucía, que tiene como marco la Diputación Provincial de Cádiz, siendo elegido presidente un prestigioso jurista, Plácido Fernández Viagas, senador del PSOE por la provincia de Sevilla. Días más tarde, 2 de junio, se reúne el Consejo Permanente de la Junta, y tras laboriosas negociaciones se forma el primer gobierno regional, que consta de diez carteras distribuidas de esta forma:

-Interior: Carlos Sanjuán de la Rocha (PSOE).

-Economía y Finanzas: Francisco de la Torre Prados (UCD).

- Educación: Eugenio Alés Pérez (UCD).

- Cultura: Alfonso Lazo Díaz (PSOE).

- Sanidad y Seguridad Social: Antonio J. Delgado de Jesús (UCD).

-Obras Públicas y Ordenación del Territorio: Rafael Escuredo Rodríguez (PSOE).

-Agricultura: Félix M. Pérez Millares (UCD).

-Trabajo: Carlos Navarrete Merino (PSOE).

-Industria y Energía: Tomás García García (PCE).

-Medio Ambiente: Juan López Martos (Independiente).

El futuro de la autonomía empieza ahora, y de la Comisión de Transferencias dependerán los poderes que haya de tener la Junta de Andalucía: presupuestos, personal, competencia y capacidad de decisión.

Lecturas y documentos

1. Andalucía, un hecho regional

«El hecho andaluz existe innegable y tangible. Con sus cualidades y sus deficiencias, su posibilidad y sus problemas, hay una entidad regional andaluza. Aparece inmediatamente definida, en el plano natural como en el humano. La tierra y el cielo andaluz y en igual manera una milenaria estructura social ha modelado al andaluz. Ello, a la vez que explicamos esta experiencia andaluza, nos da uno de los mejores ejemplos de adaptación del hombre al medio. Existe, pues, una Andalucía.

Y esta Andalucía es personal, sólida, homogénea, consciente también de ella misma. Con una individualidad tan fuerte y atrayente que en cualquier parte del marco andaluz se la reconoce. A través de todas las variantes o divisiones regionales, este punto se afirma en primer término, antes que nada.»

SERMET, J.: Andalucía como hecho regional. Universidad de Granada, Granada, 1975, págs. 101 y 102.

2. Composición del Pleno de la Junta de Andalucía

«Artículo quinto.— Uno. A) El Pleno está integrado por los siguientes miembros:

a) Treinta y un parlamentarios, elegidos de entre ellos por los diputados y senadores proclamados en las pasadas elecciones generales a Cortes en las provincias andaluzas y en proporción al resultado de las mismas en el conjunto de Andalucía. La elección se efectuará por los parlamentarios de cada provincia, correspondiendo tres miembros a cada una de ellas; los veinticuatro miembros así designados elegirán a otros siete de entre los restantes parlamentarios. En todo caso la elección se realizará a propuesta de los grupos correspondientes.

b) Un representante de cada una de las ocho Diputaciones Provinciales andaluzas.

Dos. Una vez celebradas las elecciones a Corporaciones Locales, la composición del Pleno será la siguiente:

a) Quince parlamentarios en proporción a los resultados electorales de las elecciones generales, designados  por los componentes de los grupos de los que proceden los miembros determinados en el apartado a) del artículo quinto, incluido el Presidente.

b) Dieciséis representantes de las Diputaciones Provinciales andaluzas a razón de dos por cada una de ellas. Cada diputado votará un nombre de entre ellos, y saldrán elegidos los dos que tengan más votos.

Todos los miembros del Pleno tendrán igualdad de derechos y obligaciones, pudiendo elegir y ser elegidos para cualquier vacante que se produzca.»

FUENTE: Real Decreto-Ley 11|1978, de 27 de abril, por el que se aprueba el régimen preautonómico de Andalucía. «Boletín Oficial del Estado» núm. 101 (28 de abril de 1978), pág. 10043.

3. La voz del poeta

¿Qué PALABRA es la que más te gusta?

-¿Una palabra? ¿Tan sólo una?

¿Y quién responde a esa pregunta?

-¿La prefieres por su sonido?

Por lo callado de su ritmo,

que deja un eco cuando se ha dicho.

-¿O la prefieres por lo que expresa?

Por todo lo que en ella tiembla, hiriendo el pecho como saeta

Esa palabra dímela tú.

Esa palabra es: ANDALUZ.

Luis Cernuda («Palabra amada») Recogida por ORTIZ DE LANZAGORTA, J.   L.: Símbolos de Andalucía. Editorial Astigitana, S. A., Écija, 1977, pág. 5.

VOCABULARIO

Franquismo: Etapa de gobierno del general Franco.

Congreso y Senado: Cámaras que integran las Cortes Españolas.

Parlamentarios: Representantes de las Cortes elegidos por el pueblo mediante sufragio universal.








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