El refrendo oficial a la celebración del 4 de diciembre como el
Día de la Bandera Andaluza ha servido para rememorar el proceso que llevó a los
andaluces a conseguir su autonomía. Y también a todos los españoles, pues, como
es sabido, nuestra región compartió la llama de la identidad con el resto de
las regiones. Hoy que conmemoramos la constitución de 1978 debemos recordar el
aporte andaluz a la transición, a no dudar, el más espontaneo y, también, el
más generoso.
A esta recuperación del pasado, que es afirmación
de nuestra identidad, queremos contribuir con la publicación, en texto y en
escaneo, de un análisis de la situación política de la región en 1978 titulado
«Andalucía, hoy, La conciencia regional». Es el tema décimo séptimo del libro Andalucía
escrito por Juan Díez García (que además ofició de coordinador), Juan Aranda
Doncel (autor del tema que reproducimos) y Francisco Rubio Carmona. Anaya lo
publicó en 1980 en Madrid. Nuestro Instituto adquirió varios ejemplares para la
Biblioteca y lo que entonces era el llamado” Departamento de Sociales”.
El tema presenta una síntesis bastante
objetiva de la realidad andaluza de aquel entonces y de las esperanzas que se
albergaban en aquellos días. Como en cualquier testimonio pasado, encontramos
figuras que entonces destacaban, pero cuyo prometedor futuro no se materializó
y personajes nombrados de pasada y que hoy tienen un puesto en la historia,
como Rafael Escudero.
Las ilustraciones que sirven de complemento y
de descanso para la vista tienen también su mérito. Uno se queda con las
efigies de algunos políticos en sus años mozos y con un potente cartel pro
manifestación del 4 de diciembre que tiene toda la pinta de permanecer inédito.
La panorámica de Écija tomada desde el otro lado del Genil tiene también su
valor histórico, bien que proviene de otro tema (n.º 26 – «La Andalucía del
Guadalquivir»). Su pie de foto
afirma lo siguiente: «Écija, “la ciudad de las torres” con trazado urbano
musulmán, es un importante centro comercial situado en la “Hoya del Genil”.»
Andalucía, hoy. La conciencia regional
La nueva etapa
histórica que vive España abre una ventana de esperanza a la crítica realidad
andaluza. El crónico subdesarrollo de la región reclama una serie de medidas
encaminadas a mejorar la situación económica y social. Pilar básico será una
fuerte y decidida conciencia regional que apoye, por encima de los intereses
particulares, a los órganos rectores de la futura autonomía de Andalucía.
1. Los inicios de
una nueva etapa histórica
Con la muerte del general Franco, en
noviembre de 1975, se cierra un ciclo de la historia española y se abre una nueva
etapa con la restauración monárquica en la persona de Juan Carlos I de Borbón.
Se inicia una serie de reformas políticas cuyo objetivo fundamental es el
tránsito del franquismo* a la democracia. En julio de 1976 se nombra un
gobierno presidido por Adolfo Suárez que va a acelerar, en un plazo de tiempo
muy corto, el establecimiento de un régimen democrático. Para ello se somete a
referéndum la Ley de Reforma Política, aprobada en diciembre de 1976, y se
convocan, el 15 de junio de 1977, elecciones generales para el Congreso y el
Senado*. En dicho período tiene lugar una amnistía para presos políticos,
regreso de exiliados y reconocimiento legal de partidos políticos y centrales
sindicales.
En el referéndum de finales de 1976 el
porcentaje de votantes en Andalucía supera el 80 por 100, a pesar de la llamada
a no acudir a las urnas por parte de las fuerzas políticas de la oposición. El
abstencionismo fluctúa desde cerca del 20 por 100 en la provincia de Málaga a
poco más del 16 por 100 en la de Huelva. La Ley de Reforma Política queda
aprobada por aplastante mayoría, ya que la cifra de votos en contra será
insignificante, no rebasando ninguna provincia el 2,5 por 100.
Andalucía va a ser la región española, en
función del número de habitantes, que cuenta con la mayor cifra de
representantes tanto en el Congreso como en el Senado: 59 diputados y 32
senadores. En las elecciones del 15 de junio concurren en Andalucía, al igual
que en el resto del país, candidaturas de todas las tendencias políticas a
través de partidos, coaliciones y grupos independientes. Las fuerzas de marcada
línea regionalista están representadas, principalmente, por el PSA, que
presenta candidatura en todas las provincias en coalición con el PSP (Partido
Socialista Popular), el MSA (Movimiento Socialista Andaluz) y la URA (Unión
Regional Andaluza), presentes sólo en algunas provincias.
La cifra de electores representa una media
regional del 78,71 por 100, registrándose el porcentaje mayor y menor de
abstenciones en las provincias de Granada v Jaén. En las elecciones para
diputados en el Congreso, UCD resulta vencedor en Huelva, Granada y Almería,
mientras que el PSOE triunfa en las restantes provincias andaluzas. Ambos
partidos consiguen 53 diputados, de los que 27 corresponden al PSOE, mientras
que el PSP y PCE logran uno y cinco escaños respectivamente. Los 32 senadores
en disputa se reparten de esta forma: 12 UCD, 10 PSOE, 6 Senadores para la
Democracia y 4 independientes. Los electores andaluces se inclinan por las
fuerzas políticas de izquierdas; los grupos regionalistas y la derecha son
derrotados.
2. El triunfo de
las izquierdas y el avance de los nacionalistas
Las Cortes elegidas en 1977 ponen en marcha
el mecanismo legislativo, siendo el objetivo primordial la elaboración de una
Constitución que sirva de marco a la reciente situación política del país. Los
esfuerzos culminan el 6 de diciembre de 1978, fecha en la que el pueblo
español, mediante referéndum, la aprueba mayoritariamente. Meses después tiene
lugar la convocatoria de nuevas elecciones generales y las primeras
municipales, cerrándose de esta manera el proceso democrático. Dos rasgos
caracterizan a las susodichas consultas: el triunfo de las izquierdas y el
notable avance de los nacionalistas andaluces.
Las elecciones del 1 de marzo en el conjunto
de Andalucía arrojan un total de 24 diputados para UCD, mientras que los
partidos de izquierda suman 35 escaños distribuidos de esta forma: 23 PSOE, 7
PCE y 5 PSA-Partido Andaluz. Tales resultados, en comparación con los del 15 de
junio de 1977, significan un descenso de las dos fuerzas mayoritarias en favor
de los comunistas y nacionalistas.
Los andalucistas obtienen resultados
sorprendentes. Consiguen triplicar el número de votos en Sevilla, Huelva y
Córdoba; los duplican en Málaga, Jaén y Cádiz; suben un 50 por 100 en Granada,
mientras que en Almería experimentan pocos cambios. Por último, los 32
senadores se reparten entre PSOE y UCD, con 20 y 12 puestos respectivamente.
En las elecciones municipales celebradas el 3 de abril, en las que se produce una fuerte abstención, logran vencer las fuerzas de izquierda, triunfo acrecentado por el pacto suscrito entre ellas. De la alianza entre socialistas y comunistas a nivel nacional forman parte también en el caso de Andalucía el PSA y el PTA. Ello se traduce en que los dirigentes de la mayoría de los ayuntamiento que superan los 20.000 habitantes pertenecen a la izquierda. Los alcaldes de las capitales de provincia están vinculados al PSOE, excepto Sevilla, perteneciente al PSA, y Córdoba, regentada por los comunistas, una de las grandes sorpresas de estos comicios. Aunque el PSOE detenta gran parte de los mayores núcleos de población, importantes municipios se encuentran regidos por el resto de los partidos integrantes del antedicho pacto:
- Partido Comunista de España: Algeciras,
Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Montilla, Dos Hermanas.
- PSA-Partido Socialista Andaluz: Jerez de la
Frontera, San Fernando, Écija, Ronda.
- Partido del Trabajo de Andalucía: Estepona,
Motril.
En contrapartida, el hecho de que UCI
controle gran número de pequeñas entidades de población se traduce en un mayor
equilibrio de fuerzas en la cuantía de representantes provinciales. Este
partido ostenta la presidencia de cuatro Diputaciones -Almería, Granada, Córdoba
y Huelva-, mientras que el resto están dirigidas por el PSOE.
3. Presente y futuro de la economía andaluza
El subdesarrollo andaluz se muestra en los
momentos actuales con toda su crudeza, teniendo en el paro una de las
realidades más problemáticas. El sector agrícola, base de la economía de la
región, atraviesa una etapa difícil en virtud de la baja rentabilidad. Esta
situación afecta con mayor intensidad a los pequeños y medianos agricultores,
que manifiestan sus protestas sacando los tractores a la carretera. Ejemplos
bien elocuentes son las denominadas «guerras» del olivar, algodón, remolacha.
El sector industrial también presenta una
situación preocupante. La debilidad de la industria andaluza se resiente al
menor contratiempo económico. Hay que tener en cuenta que el 65 por 100 de las
empresas ocupan a menos de cinco trabajadores y sólo el 0,3 por 100 tiene más
de quinientos. Al mismo tiempo, Andalucía carece de unos recursos financieros
sólidos. A fines de 1977, los depósitos bancarios de la región se estimaban en
650.000 millones de pesetas. La mayor parte de estos ahorros emigra para ser
invertidos en otras zonas del país. De ahí la urgente necesidad de la
regionalización de la inversión de los fondos de las Cajas de Ahorro.
Consecuencia directa del subdesarrollo
económico es la problemática del paro, que afecta a la población activa ocupada
tanto en la agricultura como en la industria. En la actualidad presenta
caracteres más agudos debido a la saturación de los mercados de mano de obra en
las regiones desarrolladas españolas y en los países de la Europa occidental,
abastecidas de emigrantes andaluces. La situación afecta a todo el ámbito
regional, ocupando un triste primer lugar Cádiz, la ciudad española con mayor
índice de paro, 15,9 por 100 de desempleo sobre su población activa en 1978.
La creación de un órgano promotor del
desarrollo anda-luz, SODIAN (Sociedad Desarrollo Industrial de Andalucía), con
un capital de 1.000 millones, puede contribuir de forma notable en el despegue
de la región. Pero necesitará el concurso financiero de entidades bancarias y
del apoyo de los organismos oficiales. Sin duda, el desarrollo de Andalucía
pasa por su industrialización, basada en la transformación de los productos
agropecuarios y completada con los sectores químico, siderúrgico, construcción,
fertilizantes, transportes, etc.
Son necesarias empresas que creen suficientes
puestos de trabajo y reduzcan las altas cifras de parados que se dan en la
región.
4. La conciencia regional
El grado de conciencia regional por parte de
los andaluces está caracterizado por una cierta debilidad. En los dos últimos
años se ha llevado a cabo una intensa actividad, a muy diversos niveles, en
este sentido.
En mayor o menor grado la casi totalidad de
los partidos políticos incluyen en sus programas la cuestión autonómica y han
expresado su preocupación e interés por la misma. Resultado de esta labor, ha
sido la convocatoria a todos los andaluces para manifestar su apoyo a la
autonomía. El 4 de diciembre de 1977, más de un millón de personas salen a las
calles de las ciudades de toda la geografía regional enarbolando banderas
verdiblancas.
En el plano cultural, dos acontecimientos
marcan hitos muy importantes. El primero va a ser la celebración del I Congreso
de Historia de Andalucía, promovido por la universidad de Córdoba en diciembre
de 1976, con sesiones de trabajo en las restantes universidades andaluzas. Las
ponencias y comunicaciones presentadas constituyen un paso gigantesco en el
conocimiento del pasado y presente de los hombres y las tierras de la región.
El segundo será la inauguración, en abril de 1978, del Congreso de Cultura
Andaluza en el marco histórico de la Mezquita-Catedral cordobesa.
Dentro de estas coordenadas se sitúan la
reedición del pensamiento de Blas Infante y los estudios efectuados en torno al
tema regional por los profesores Domínguez. Ortiz, Lacomba y Sermet.
Recientemente, Nieto Cumplido remonta al
medioevo los orígenes del regionalismo andaluz.
También hay que citar la aportación de
literatos y artistas, así como la que llevan a cabo los órganos informativos
prensa, radio de la opinión pública.
5. La marcha hacia el régimen preautonómico
Cuatro meses después de las elecciones
generales, el 12 de octubre, se constituye la Asamblea de Parlamentarios*
Andaluces, iniciándose reuniones periódicas que tienen como objetivo la
redacción de un proyecto de régimen preautonómico de Andalucía. Tras superar
una serie de obstáculos, derivados de la disparidad de criterios de las
diferentes fuerzas políticas, se llega a un acuerdo en la redacción, que será
aprobado en Consejo de Ministros celebrado el 19 de abril de 1978.
El articulado del régimen preautonómico
establece que el territorio andaluz abarca los municipios comprendidos dentro
de los actuales límites de las ocho provincias, e instituye la Tunta de
Andalucía como órgano de gobierno regional. Dicha Junta está integrada por el
Pleno y el Consejo Permanente, de los que forman parte parlamentarios y
representantes de las Diputaciones Provinciales respectivas.
El paso siguiente va a ser la constitución de
la Junta de Andalucía, que tiene como marco la Diputación Provincial de Cádiz,
siendo elegido presidente un prestigioso jurista, Plácido Fernández Viagas,
senador del PSOE por la provincia de Sevilla. Días más tarde, 2 de junio, se
reúne el Consejo Permanente de la Junta, y tras laboriosas negociaciones se
forma el primer gobierno regional, que consta de diez carteras distribuidas de
esta forma:
-Interior: Carlos Sanjuán de la Rocha (PSOE).
-Economía y Finanzas: Francisco de la Torre Prados (UCD).
- Educación: Eugenio Alés Pérez (UCD).
- Cultura: Alfonso Lazo Díaz (PSOE).
- Sanidad y Seguridad Social: Antonio J. Delgado de Jesús
(UCD).
-Obras Públicas y Ordenación del Territorio: Rafael
Escuredo Rodríguez (PSOE).
-Agricultura: Félix M. Pérez Millares (UCD).
-Trabajo: Carlos Navarrete Merino (PSOE).
-Industria y Energía: Tomás García García (PCE).
-Medio Ambiente: Juan López Martos (Independiente).
El futuro de la autonomía empieza ahora, y de
la Comisión de Transferencias dependerán los poderes que haya de tener la Junta
de Andalucía: presupuestos, personal, competencia y capacidad de decisión.
Lecturas y
documentos
1. Andalucía, un hecho regional
«El hecho andaluz existe innegable y tangible.
Con sus cualidades y sus deficiencias, su posibilidad y sus problemas, hay una
entidad regional andaluza. Aparece inmediatamente definida, en el plano natural
como en el humano. La tierra y el cielo andaluz y en igual manera una milenaria
estructura social ha modelado al andaluz. Ello, a la vez que explicamos esta
experiencia andaluza, nos da uno de los mejores ejemplos de adaptación del
hombre al medio. Existe, pues, una Andalucía.
Y esta Andalucía es personal, sólida,
homogénea, consciente también de ella misma. Con una individualidad tan fuerte
y atrayente que en cualquier parte del marco andaluz se la reconoce. A través
de todas las variantes o divisiones regionales, este punto se afirma en primer
término, antes que nada.»
SERMET, J.: Andalucía como hecho regional.
Universidad de Granada, Granada, 1975, págs. 101 y 102.
2. Composición del Pleno de la Junta de
Andalucía
«Artículo quinto.— Uno. A) El Pleno está
integrado por los siguientes miembros:
a) Treinta y un parlamentarios, elegidos de
entre ellos por los diputados y senadores proclamados en las pasadas elecciones
generales a Cortes en las provincias andaluzas y en proporción al resultado de las mismas en el conjunto
de Andalucía. La elección se efectuará por los parlamentarios de cada provincia,
correspondiendo tres miembros a cada una de ellas; los veinticuatro miembros
así designados elegirán a otros siete de entre los restantes parlamentarios. En
todo caso la elección se realizará a propuesta de los grupos correspondientes.
b) Un representante de cada una de las ocho
Diputaciones Provinciales andaluzas.
Dos. Una vez celebradas las elecciones a
Corporaciones Locales, la composición del Pleno será la siguiente:
a) Quince parlamentarios en proporción a los
resultados electorales de las elecciones generales, designados por los componentes de los grupos de los que
proceden los miembros determinados en el apartado a) del artículo quinto,
incluido el Presidente.
b) Dieciséis representantes de las
Diputaciones Provinciales andaluzas a razón de dos por cada una de ellas. Cada
diputado votará un nombre de entre ellos, y saldrán elegidos los dos que tengan
más votos.
Todos los miembros del Pleno tendrán igualdad
de derechos y obligaciones, pudiendo elegir y ser elegidos para cualquier
vacante que se produzca.»
FUENTE: Real Decreto-Ley 11|1978, de 27 de
abril, por el que se aprueba el régimen preautonómico de Andalucía.
«Boletín Oficial del Estado» núm. 101 (28 de abril de 1978), pág. 10043.
3. La voz del poeta
¿Qué
PALABRA es la que más te gusta?
-¿Una
palabra? ¿Tan sólo una?
¿Y quién responde a esa pregunta?
-¿La
prefieres por su sonido?
Por lo
callado de su ritmo,
que deja
un eco cuando se ha dicho.
-¿O la
prefieres por lo que expresa?
Por todo
lo que en ella tiembla, hiriendo el pecho como saeta
Esa
palabra dímela tú.
Esa palabra es: ANDALUZ.
Luis Cernuda («Palabra
amada») Recogida por ORTIZ DE LANZAGORTA, J. L.: Símbolos de Andalucía. Editorial
Astigitana, S. A., Écija, 1977, pág. 5.
VOCABULARIO
Franquismo: Etapa de
gobierno del general Franco.
Congreso y
Senado: Cámaras que integran las Cortes Españolas.
Parlamentarios:
Representantes de las Cortes elegidos por el pueblo mediante sufragio
universal.
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