sábado, 12 de octubre de 2019

El Amigo Americano





Conmemoramos la Jornada de la Fiesta Nacional rememorando un episodio de la historia de nuestro añoso instituto: en concreto la visita que en 1958 hicieron los alumnos del entonces Instituto Laboral «Luis Vélez de Guevara» a la Base Americana de San Pablo y, a lo que parece, la Casa Americana de Sevilla.  Estas actividades formaban parte de una excursión de Sevilla que, lógicamente, contaba con un programa más amplio.

El Acuerdo Hispano Americano (1953) autorizó la construcción de una base de aprovisionamiento estadounidense en el Aeropuerto de San Pablo. Recordemos que la capital hispalense contaba con otra pista de aterrizaje en aquellos momentos, la de  Tablada.


La base americana parece que se construyó en 1957, por la que nuestros alumnos la encontraron recién inaugurada. Contaba con una pista y una torre de control propia que, naturalmente, quedaron fuera del servicio civil y un hospital militar que nuestros escolares no pudieron contemplar por que no se levantaría hasta 1963. Las fuentes hablan de un misterioso umbral 04 en cuyas inmediaciones se levantaba esta base. En la actualidad todas estas instalaciones pertenecen al estado español que los ha dejado en un lamentable estado de abandono y a la espera de un derribo que, a estas alturas, ignoramos si se ha producido.


Las noticias sobre la Casa Americana resultan aún más difusas. Se emplazaba en la Calle Laraña. Frente a la Facultad de Bellas Artes y contribuyó de forma decisiva a la vida cultural sevillana con una surtida biblioteca, con una innovadora discoteca y con la promoción de conciertos y otros actos. Ignoramos cuando esta institución dejó de funcionar.


La Casa Americana obsequió al Vélez con el Almanaque Ford para la Granja, el Rancho y la Casa de 1955 y que supondrían de utilidad para las prácticas agrícolas del Instituto Laboral. Igual su donación fue más generosa, pero únicamente sólo tenemos constancia de la entrega de dicho libro. Igual el ejemplar se regaló en la visita a la base y nuestros escolares nunca llegaron a personarse en el edificio de la Calle Laraña.


Lamentamos la escasa e incierta información que podemos aportar. Pero los huecos dejan mucho espacio para la suposición y la fábula. Contamos además con esa espuela para la imaginación que es las Máscaras Furtivas de Aquilino Duque. Verdaderamente, sólo a través de las teorías conspirativas y el absurdo se pueden atisbar las vivencias y los trabajos de esos anglosajones que incorporaron a la sufrida Andalucía a los tejemanejes de la Guerra Fría.


Bajo estas licencias, incorporamos fotografías de la visita al Aeropuerto de San Pablo y del puerto de Sevilla en el que fondeaba la Royal Navy que no se corresponden a la visita de 1958, sino a una realizada en el año anterior, en concreto realizada entre los días 10 y 14 de Marzo de 1957, en los que se se recorrió la ciudad hispalense y sus alrededores en un apretado programa. Los profesores acompañantes fueron D. Antonio Fernández, D. Jesús Ostos Ostos, D. Tomás Beviá Aranda y el Maestro de Taller D. Juan Farfán Martín (abuelo de nuestro coordinador del programa AulaDjaque).


Este reportaje sobre la presencia norteamericana en la metrópoli hispalense no puede concluirse sin mencionar al Pabellon de Estados Unidos en la Exposición de 1929 que hemos conocido durante largos años como Consulado del país de las Barras y Estrellas y que ahora sirve de sede a la fundación Valentín Madariaga de Arte Contemporáneo. En sus inmediaciones se levantaba  el Palacio de Proyecciones o Cinematógrafo consagrado a la propaganda audiovisual del Imperio de Occidente y del que hoy sólo quedan vagas referencias y borrrosas fotografías.


Seguramente nuestros escolares visitaron el Aeropuerto en la excursión de 1958 y, entra dentro de lo posible, que admirasen los buques de otras naciones que se acogían al amparo de los muelles hispalense. Menos probable parece que se acercaran al consulado o al cinematógrafo, del que ignoramos si todavía se mantenía en pie. Repetimos: aportamos escasa e incierta información, pero dejamos amplio espacio para para imaginar como sería aquel encuentro entre los escolares de una Écija que no acababa de salir de posguerra y los representantes de la América de la opulencia y del marcatismo.



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