Hoy hace setenta años que murió Antonio Machado en Collioure.
El día 22 de enero de 1939 marchaba con su familia y junto con otros intelectuales en dirección a la frontera de Francia, adonde llegan tras duras penalidades el día 27. La frontera es un éxodo. Antonio Machado, enfermo, tiene 64 años, su madre, Ana Ruiz que le acompaña, 88. El paso de la frontera es a pie y bajo la lluvia, junto a una multitud de gente. Hasta el 10 de febrero pasaron a Francia en torno a las 400.000 personas, entre ellas estaba también mi abuelo.
El día 29 de enero, Machado, su madre y su hermano José llegan a Collioure. En febrero, Machado cae enfermo, agravándose el día 18. El día 22 de este mes muere. Tres días después moría también su madre. Ambos fueron enterrados en el cementerio del pueblecito francés de Collioure.
Como recuerdo, el blog deja aquí un poema del poeta dedicado a la primavera y su última fotografía.
El limonero lánguido suspende
una pálida rama polvorienta
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro...
Es una tarde clara,
casi de primavera;
tibia tarde de marzo,
que al hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o, en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
En el ambiente de la tarde flota
ese aroma de ausencia
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
Ese aroma que evoca los fantasmas
de las fragancias vírgenes y muertas.
Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara,
casi de primavera,
tarde sin flores, cuando me traías
el buen perfume de la hierbabuena,
y de la buena albahaca,
que tenía mi madre en sus macetas.
Que tú me viste hundir mis manos puras
en el agua serena,
para alcanzar los frutos encantados
que hoy en el fondo de la fuente sueñan...
Sí, te conozco, tarde alegre y clara,
casi de primavera.
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