miércoles, 21 de enero de 2009

Unicornio literario


El paraíso es el grial para la escritora Ana María Matute, a la que tuve la fortuna de ver y escuchar ayer. Me impresionaron sus palabras llenas de autenticidad, con el temblor de sus más de ochenta años, pero lanzando verdades sencillas e inmensas.
Su menuda figura se contrapone con la admirable y poderosa imaginación que desbordan sus historias, relatos mágicos llenos de símbolos. En su último libro, Paraíso inhabitado, que ya está en la estantería de novedades de la Biblioteca, una niña ve un unicornio salir y entrar de un cuadro. Para los que, como yo, hemos poblado nuestra infancia de seres imaginados, la historia se muestra familiar y encantadora. Aunque, en palabras de la autora: la infancia no es ningún paraíso. El mundo de los niños es terrible con frecuencia.
La música es como la poesía
, ambas mejoran nuestra vida, afirmaba Ana María Matute, y todos estábamos de acuerdo. Entre el público pude ver y saludar a uno de mis mejores profesores en la universidad, Antonio Ramírez de Verger, de quien tanto aprendí en esos años, en sus inolvidables clases de Literatura Latina. Su voz está tan ligada a la poesía de Catulo, a quien ha traducido en Alianza Editorial, a Propercio, a Tibulo, que es difícil no sentir el eco de las inflexiones de su voz cuando se releen poemas en latín de estos autores. Creo que de él también aprendí algo sobre las maldades y bondades del mundo y de sus gentes.
El escritor Fernando Iwasaki leyó una presentación maravillosa, llena de intensidad y afecto, ante una Ana María Matute emocionada, que confesó el placer que le producían los elogios de sus lectores. Cruzar unas breves palabras con ella fue todo un privilegio.
Fernando Iwasaki volvió a mostrar su buena disposición para venir a nuestra biblioteca y tener un encuentro con los alumnos del Instituto. Esperamos contar con él en el mes de marzo próximo, y disfrutar este curso de su visita, tantas veces comentada.
Entre el público tuve la ocasión de encontrarme con el escritor Miguel F. Villegas, y alegrarnos de coincidir nuevamente en un acto literario. En la actualidad, está finalizando un nuevo libro que, con toda seguridad, será magníficamente acogido por sus jóvenes lectores. Todos recordamos las dos visitas que el curso pasado realizó a nuestra biblioteca, y cómo consiguió encandilar al auditorio con sus letras y su música. Tendremos la suerte de contar con él en el mes de abril en las Jornadas del Mes del Libro.
Demos por acabado este comentario con unas palabras de Ana María Matute en su último libro:

“Nunca supe por qué razón el Unicornio había intentado escapar del cuadro y durante mucho tiempo me intrigó, y aun me atemorizó un poco. Por aquellos días yo no debía de tener más de cinco años –quizá sólo cuatro-, pero ese recuerdo tiene un lugar relevante entre los primeros de mi vida. A veces, los recuerdos se parecen a algunos objetos, aparentemente inútiles, por los que se siente un confuso apego. Sin saber muy bien por qué razón, no nos decidimos a tirarlos y acaban amontonándose al fondo de ese cajón que evitamos abrir, como si allí fuéramos a encontrar alguna cosa que no se desea, o incluso se teme vagamente”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan las obras de Ana María Matuto.

Alfaraz dijo...

Matute

Y a mí me ha encantado esta reseña, así que gracias.

.

Lola Roldán Riejos dijo...

Gracias a ti, Alfaraz, por tu comentario y tus paseos por este blog.