Los libros vienen al Vélez y algunos se quedan para siempre. Les abrimos las puertas y fueron nuestros por unos días. Madres, alumnos, profesores, PAS... estuvimos llamados a encontrarnos con ellos. El vestíbulo era distinto. Es verdad que el trabajo fue grande, pero como decían los griegos, "lo hermoso es difícil" siempre, siempre, añado yo.
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