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miércoles, 26 de febrero de 2014

100 años de "Platero y yo"

El 28 de Febrero celebramos todos los andaluces el día de nuestra Comunidad Autónoma. Para conmemorar este día, desde la nuestra/vuestra biblioteca queríamos recomendaros que leyeseis el libro "Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez al cumplirse en 2014 el centenario de la primera edición de este libro del Premio Nobel onubense.

En el año 1914 vio la luz la primera edición de "Platero y yo" (Ediciones de la Lectura), y en 1917 se publicó la edición completa, compuesta por 138 capítulos (Editorial Calleja, Madrid).

Primera edición de "Platero y yo"


“Platero y yo” el libro más bello de la narrativa lírica contemporánea. Resulta clave y centro de la poesía de Juan Ramón Jiménez. Con razón nos aseguró que no era un libro para niños. Es eso y mucho más: poesía, novela, fábula, relato y retrato de gente y paisajes de su Moguer blanco y marinero.



miércoles, 18 de junio de 2008

Microrrelato "Una mariposa" de Andrés Neuman

Mamá, exclamó la niña llegando a la carrera, mamá, ¿para qué sirve una tela de araña?Su madre la miró extrañada. El marido, que en ese momento hablaba por su teléfono móvil, le sonrió de reojo.
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¿Cómo para qué sirve?, preguntó la mujer parpadeando. Sí, insistió la niña, ¿las telarañas son buenas o malas? Su madre le acarició el cabello, le acomodó las solapas de la camisita y, para ganar un poco de tiempo, dijo: ¿Por qué lo preguntas, mi cielo? Ahí, en ese árbol, la informó la niña, hay una mariposa muy bonita. Yo la he visto. Está atrapada en una tela de araña y no puede salir. ¡Ah!, rió su madre, ya entiendo, ¡pobrecita mariposa! Es muy bonita, repitió la niña, y no puede salir. ¿Quieres que la salvemos, cariño?, le propuso su madre. Sí, contesto la niña con mucha seriedad. Su madre se levantó del banco. Caminaron juntas hasta el árbol. La niña señaló una de las ramas. Al principio la mujer no vio nada. Al rato divisó a la mariposa, una mariposa de vetas amarillas y turquesas, agitando débilmente una de sus alas. Así me gusta, la felicitó su madre alzando a su hija en brazos, ¡allá vamos, preciosa!, ¡suéltala, araña mala!.................
El padre de la niña colgó el teléfono y se acercó al árbol. Observó atentamente a la mariposa. Mientras tanto la niña había partido una ramita y la blandía estirando un brazo a duras penas, tratando de llegar hasta la telaraña.......................
Oye, dijo él tocándole un hombro a su esposa, disculpa, ¿por qué no le has contestado? Ella se volvió hacia su marido. ¿Cómo?, dijo sin dejar de sostener a su hija en lo alto, ¿qué dices? Pregunto, le dijo él al oído, por qué no le has contado la verdad. ¿Y cuál es la verdad, si puede saberse?, murmuró ella con fastidio. Muy fácil, querida, contestó él en ese tono de neutralidad científica que solía adoptar cuando discutía con su mujer. Que por muy feas que sean las arañas, en realidad no son ni buenas ni malas, sino que se limitan a sobrevivir. Que la tela de araña es su medio de vida, igual que otros seres pescan, cazan o lo que sea. Que todo tiene un ciclo y las mariposas también, aunque sean muy bonitas. Si me lo hubiera preguntado a mí le habría explicado eso. Tenemos que educarla en la complejidad de las cosas, ¿no?, es ley de vida. Muy bien, contestó ella levantando un poco la voz, pero la niña no te lo preguntó a ti sino a mí. A lo mejor fue porque tú estabas hablando por ese dichoso teléfono, como casi siempre que salimos de paseo con ella. Además para mí educar a nuestra hija también consiste en enseñarle a proteger lo que es hermoso, aunque sea muy frágil o dure muy poco. Esto también es ley de vida, señor sabelotodo. Y no veo por qué el escepticismo va a hacerla más sabia que la compasión por la belleza. ¡Bueno, bueno!, retrocedió él, tampoco es para tanto, no te enfades. No me enfado, dijo ella, me da pena.
................En el parque empezaba a soplar el viento. Las hojas se agitaban como insectos a punto de echar a volar.
...................... Mientras sus padres seguían discutiendo, el brazo de la niña hizo un último esfuerzo, alcanzó su objetivo y movió la ramita dentro de la telaraña. Enseguida la ramita destrozó el entramado e impactó bruscamente contra el tronco, haciendo caer al suelo a la pequeña araña y aplastando a la mariposa de alas amarillas y turquesas.