Ayer, mujer tuve un accidente
con la curva de tu cintura.
Ayer mujer, me hiciste perder
la cordura.
Ayer, mujer, me enredé en el
laberinto de tus cabellos.
Hoy, dulce cielo, veo tus ojos,
y me ahogo en ellos.
Mañana, quizá, sentiré el anhelo al no tener,
a mi lado, los labios que yo deseo.
Mañana, quizá, te ame un poco más
y te eche de menos.
Mañana, quizá, esté un poco más lejos.
Pero aún en la inmensidad,
me oirás gritar un te quiero sincero.
Pues es en la distancia cuando se sabe,
si un amor, es verdadero.
Rocío Pérez Delgado. 1º Bach. "B"
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