León Felipe (1884-1968), poeta zamorano, republicano, muerto en el exilio de México, no es un poeta «religioso» al uso, si bien algunos de sus poemas dejan entrever la fe cristiana que aprendió en su infancia y que nunca olvidó. Según cuentan, encima del lecho de su muerte había una cruz sencilla, de madera, y el poema que él mismo había escrito. Los dos astiles (vertical y horizontal) son, para el poeta, los dos mandamientos; entendemos nosotros que son el amor a Dios y el amor al prójimo.
Hazme una cruz sencilla carpintero,
sin añadidos ni ornamentos,
que se vean desnudos los maderos,
desnudos y decididamente rectos.
Los brazos en abrazo hacia la tierra,
el astil disparándose a los cielos.
Que no haya un solo adorno que distraiga
este gesto, este elemento humano
de los dos mandamientos.
Sencilla, sencilla, más sencilla,
hazme una cruz sencilla carpintero.
Como ilustración hemos escogido el lienzo Cruz
al atardecer (Cross at Sunset) que el estadounidense Thomas Cole
pintó allá por 1848 y que hoy se exhibe en el madrileño Museo Nacional
Thyssen-Bornemisza.
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El texto de la poesía y la introducción proceden de la siguiente página:
https://bibliaviva.sanpablo.es/cuatro-poemas-a-jesus-crucificado-en-lengua-espanola/
La ilustración presenta la siguiente
procedencia:
https://www.museothyssen.org/en/collection/artists/cole-thomas/cross-sunset
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