MANIFIESTO I FIESTA DE LAS LETRAS ECIJANAS – ASTIGILETRAS
2019
Es para ti, esta Fiesta de las Letras Ecijanas – Astigiletras 2019 es para ti.
Leamos, vivamos, brindemos. Y esta primera aventura comienza por una respuesta,
la de los centros educativos ecijanos llamados y coordinados por la Asociación Cultural Ecijana “Papel y Tinta”
para celebrar el Día del Libro.
Celebremos la Lectura. En este día recordamos y reivindicamos que el libro y la
lectura están estrechamente ligados a los valores más nobles de nuestra
condición humana: la libertad, la
tolerancia, la solidaridad y demás componentes éticos y morales que deben
alumbrar nuestra existencia. El libro es un instrumento mágico que ha tenido
siempre y continúa teniendo una grandísima importancia en cualquier ámbito de
nuestras vidas, por ello siempre conviene celebrarlo. Es de justicia el hacerlo
procurando que su luz cobije cada vez más a todos los seres humanos, en
especial a los que por diversas circunstancias geográficas, sociales económicas
o familiares, no están en condiciones de poder ser alumbrados por su mágico
resplandor. El poder de los libros y de la lectura nos hará –abrimos el libro,
cualquier libro– libres.
Los libros nos ayudan a vivir, nos hacen dueños de nuestro tiempo. Los libros
tienen el poder de transformarnos,
porque con la lectura salimos del reducto de nuestro pequeño mundo, el que
hemos heredado o que nos han impuesto, y vemos la vida y sus conflictos con los
ojos de los demás. Y el Libro con mayúscula, para nosotros, no puede ni debe
ser otro que el Quijote, y lo que Cervantes cuenta en su novela ejemplar,
a veces con desmesura en el sueño del caballero o con la común sabiduría
popular en Sancho, es un retrato
vital, en su tiempo y ahora, de nuestra ciudad y de nuestro país, de nosotros.
Si los tiempos cambian, los personajes que se mueven por el impar escenario
cervantino son tan de carne como eternos, y esa galería de caracteres no pierde
actualidad. El libro de los libros, con su alteza de miras a la que sigue como
sombra la deformante comicidad, nos convoca a vivir en la medida justa de lo
humano. Libro de luz, el Quijote nos
adentrará en la aventura.
Para ser dueños de nuestras opiniones y
nuestros sentimientos, debemos ser dueños
de nuestro tiempo. El libro nos alumbra como una linterna que irradia su
luz desde variadas ópticas. Con la lectura iniciamos el diálogo inacabable con
quienes hablaron antes que nosotros, con quienes nos escribieron para que
percibiéramos, en ese lenguaje el soplo de la solidaridad, de la humanidad, de
la eternidad: tal vez no somos conscientes del regalo que significa la
escritura: el poder, por ejemplo, dialogar con Homero, con Platón, con
Cervantes, con Shakespeare, con Goethe, con Galdós, con Machado, con Lorca… con
todas esas miles de voces, también ecijanas, que nos han obsequiado las letras. Tendríamos que
agradecer a los grandes escritores que nos siguen acompañando a lo largo de la
existencia esa posibilidad de iluminarnos, de enriquecer nuestra sensibilidad
y, con ello, nuestras ideas, nuestras visiones del mundo y de la vida: han sostenido
en sus manos ese instrumento que ellos mismos han recargado con sus mejores
haces de luz.
Y
en esta ecijana conmemoración primaveral, ante un mundo líquido marcado por armas inteligentes, las Letras de los
clásicos ecijanos, como Luis Vélez de
Guevara, también cobran actualidad cuando proclaman la paz como el mayor
bien para los hombres. Instrumentos de
paz son los libros: todos encaminan a la verdad del conocimiento propio, a
la íntima comunicación interior con nosotros mismos. El libro es la mejor
bandera blanca al viento para la paz
de igual manera que las palmas de las manos enharinadas pidiendo la solidaridad
y el repudio contra el terrorismo. Leer
en libertad es un arma pacífica nunca bien vista por los gobiernos
absolutistas y totalitarios, porque un libro y otro libro pueden despertar el
ejercicio de pensar y con ello exigir libertades. Porque caminamos en libertad
y sólo así podremos ayudar a construir un mundo mejor. Todos debemos servir a
esa revolución en la que la palabra se constituye en el arma capaz de luchar
decididamente por la paz y la justicia de los pueblos. Leer es encontrar la
paz, condenar la guerra, las matanzas, la falta de libertades. Abordemos pues
el ejercicio bello de la lectura boca a boca, la lucha contra el hambre, la miseria,
la explotación y la ignorancia. Leer nos
“enmienda” de algún modo, rectifica por así decirlo nuestra propia
experiencia.
Leyendo voy, viajando vengo. Los libros son espejos y ventanas: ¿cuántas veces las
selvas sombrías de los acontecimientos nos agobian en oscuridades y unas
páginas humildes de Papel y Tinta nos
deslumbran clarividentes, como lámparas encendidas en una ventana al ocaso? Son
los libros como espejo de vida,
páginas lunarias donde el lector se encuentra y ve su rostro. Con la lectura aprendemos a mirar a nuestro alrededor,
al mundo en que vivimos, a tener nuestro propio criterio sobre lo que ocurre en
él. No apaguemos nunca la luz de los libros; ellos nos hacen plurales y
tolerantes, amplían nuestra mirada a mundos desconocidos, libres, lejanos,
realizables, y no pensemos en mundos sidéreos, si no en esa voz que se levanta
del libro y nos va descubriendo en diálogo intenso nuestro propio yo. Un texto
es tan revelador como un espejo en acusar la obstinación o los cambios. Los
libros son mensajes abiertos que sonríen
a la vida y al amor pese a
todo.
Nuestra
época, en la que la tecnología se impone a todo ritmo y las novedades en todos
los órdenes surgen sin apenas tiempo para asimilarlas, es, sin embargo -no lo
olvidemos- el período en que existen más lectores, una mayor producción
editorial y un mayor potencial en la difusión del libro. Y es que el libro es
un peligro, el mayor enemigo en una sociedad consumista y alienada, quienes
leen piensan, quienes piensan analizan, quienes analizan exigen. Piden la paz y
la palabra, porque la palabra escrita es la mejor compañera de nuestras
soledades, la creadora de personalidad, la que nos defienden de la agresividad
del consumo y la manipulación de los poderosos, de los políticos corruptos y mercantilistas.
La que nos muestra una luz que nos hace sentirnos personas humanas y soñar con
la utopía. El libro es el mejor símbolo
del pensamiento, de la cultura,
de la memoria histórica y de la creación literaria. Un buen libro bien
leído dura mucho tiempo. Se enraíza en nosotros y nos acompaña con su presencia
cambiante y perturbadora. Y este objeto es tal vez la mejor medicina para la conservación de la espiritualidad, para
el cultivo y el desarrollo de la inteligencia, para la pervivencia del
pensamiento en libertad.
Leer,
sí. Continua y apasionadamente. Leer en cualquier soporte y sabernos y
transmitirnos y continuarnos. Leer. Y
escribir, porque la lectura exige una escritura previa. Decirnos lo que
sabemos y preguntarnos lo que ignoramos. Decir lo que no queremos que se olvide
o alguien quiso que no olvidásemos. Por eso, y por encima de todo, leer nos
otorga las palabras necesarias para defendernos, manifestarnos y definirnos. En
ellas encontramos expresadas nuestras sensaciones, formulados nuestros
interrogantes, precisadas nuestras certezas pero, fundamentalmente, nos
encontramos enfrentados con nosotros mismos para dialogar o combatir. El escritor un constructor de puentes,
en este caso de un puente entre lo que él crea y lo que el lector recrea. ¿Quieren
ustedes vivir? Lean. ¿Quieren vivir más años, con más intensidad, más variedad,
más alegría? Lean más. Celebremos ASTIGILETRAS 2019 reflexionando sobre nuestro
derecho a soñar y a luchar por un mundo mejor, ilustrando nuestro deseo con
esos magistrales versos de Rubén Darío:
El
libro es fuerza, es valor,
es
poder, es alimento;
antorcha
del pensamiento,
y
manantial del amor.
Fuente: Centro
Andaluz de las Letras:
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/caletras/content/manifiestos-favor-de-la-lectura-1999-2018
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