miércoles, 24 de abril de 2019

Encuentro con el poeta David G. Lago



En una jornada tan especial como el 23 de abril, Día del Libro, el encuentro con el joven poeta cordobés David G. Lago puso el broche de oro a las actividades de animación lectora.

En las dos últimas horas de esta jornada ha recibido a los grupos de 2º ESO «B», 3° ESO «B», 4° ESO «A» y 1° de Bachillerato «B» en nuestro salón de actos.

El autor ha comenzado hablando de los inicios de su vocación, hablamos de vocación ya que se dedica a la docencia, de dar clases venía precisamente. 

David es profesor de Geografía e Historia. No es un autor que simultanee en espacios estancos la enseñanza con la poesía. Es, si nos permiten el exabrupto, algo mucho peor, en el sentido de pavoroso. El fuego lento de las tristes guerras, las némesis geográficas y las pinacotecas alucinadas calienta y contamina toda su producción poética. Cuando logras explicar a tus alumnos que la afrenta no es que es el amarillo jaramago crezca sobre magnificentes arquitecturas, sino que lo verdaderamente indignante es que esa perfección concéntrica se diseñó para el suplicio de inocentes fieras y de resignados gladiadores, entonces es que no estás lejos del reino de la lírica. El verdadero poeta es siempre Orfeo en el Infierno.

David, ciertamente, se dirigió a nuestros escolares con menos prosopopeya. De una manera muy cercana y amena ha desvelado los entresijos de sus cuatro obras publicadas hasta el día de hoy (33 reflexiones que Cristo haría en mi lugar, Satán es un canalla despeinado, Corazón inmueble y Animalicémonos); ha recitado algunos poemas y ha logrado que otro alumno se anime a secundarlo.

Alejado de las ínfulas que se le podría presuponer a un escritor, se ha mezclado entre nuestros estudiantes, buscando siempre la complicidad en ellos, que formaran parte activa del encuentro.

En pocas palabras, y en estos tiempos revueltos, ha sido todo un placer dejarnos acariciar por los brazos de la poesía.

Gracias a su pareja, Amparo, por hacerse cargo de todo.

Y gracias también al Ministerio de Cultura y Deporte que por medio de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, el Servicio de Promoción de las Letras Españolas, y la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas promociona estos encuentros literarios. Concretamente, esta actividad entra dentro del programa «Leer te da vidas extra».

Incorporamos a David a la pléyade de autores que nos han honrado con su visita y su verbo desde los numinosos (y fundacionales) tiempos lolarroldanianos. Desde aquel entonces, figuras consagradas, jóvenes promesas, celebridades locales (si el oxímoron es tolerable) nos han hecho herederos de su grandeza y si no han suscitado entre nuestros escolares la vocación literaria, al menos han conseguido despertar su conciencia. Para nosotros, no existe laureada más meritoria.

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David González Lago (Córdoba, 1981) remonta su interés por la creación literaria a su infancia. Aunque ha realizado algunas incursiones en el relato corto, el cuento y el microrrelato, en los últimos años se ha volcado en la creación poética, obteniendo varios premios en certámenes literarios, entre otros reconocimientos. En 2016 vio la luz su primer libro de poemas, 33 reflexiones que Cristo haría en mi lugar (Esdrújula ediciones). En 2017 publica dos nuevos poemarios: Satán es un canalla despeinado (Canalla ediciones) y Corazon innmueble (Lastura Ediciones).  De 2019 es su última obra: Animalicémonos (Boria Ediciones). Algunas de sus reflexiones las pondrá encontrar el curioso lector en su blog Lago de Tinta.
 La crítica coincide en señalar, desde un punto de vista formal, la claridad de sus versos, libres pero sometidos a una métrica rigurosa. Sus composiciones crecen en ligereza, a la manera del haiku, proclamando sentencias y, a la vez, visualizando alegorías e imágenes. Añadiríamos que el resultado final recuerda a los caligramas y a los emblemas de épocas pasadas, pero tal vez estemos añadiendo confusión a una poesía límpida y nada elitista.
 Dificultades más grandes encontramos al describir el contenido de sus poemarios. Señalemos, y esta es una interpretación muy personal, que el núcleo de su obra es la condición humana, la condición humana contemporánea, que tras perder la inocencia de las fieras y dejar de estar sometida a los caprichos de los dioses y a los circunloquios del pecado, se enfrenta ahora a esa nada que somos bajo los chaparrones de la codicia, el consumismo, la sinrazón y, dejémoslo para el final, también el amor.

El reportaje de la jornada en el Facebook de nuestro instituto:







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