viernes, 4 de noviembre de 2016

Primera Reunión del Grupo de Ayudantes de Biblioteca

Se celebró el pasado lunes 17 de Octubre y junto a voluntarios de cursos pasados, también acudieron alumnos de primero deseosos de incorporarse al equipo de nuestra biblioteca. De hecho aún estamos recibiendo solicitudes de escolares procedentes de estos cursos. Una vez más, tenemos que hacer constancia que en las fotos que publicamos no están todos los que son. Y en el fondo, nos alegramos. La Biblioteca es un ente vivo y se resiste a los posados. Siempre hay algo que hacer (y es más importante que las fotos) y siempre unos entran y otros salen.




Miriam Alcantarilla y Carmen Porras presidieron la reunión e informaron a los nuevos ayudantes cuáles eran sus labores, deberes y obligaciones, recitado que sirvió de recordatorio a los alumnos que asistían a la convocatoria y que ya habían colaborado en años anteriores.

La institución del cuerpo de ayudantes de la biblioteca se remonta a la época de Lola Roldán y tenemos que señalar que la decisión fue tomada (y llevada a cabo) cuando nuestra librería se hallaban todavía en renovación, no después. Esto es, que desde sus inicios la biblioteca, tal como está hoy concebida, se proyectó con un grupo de alumnos colaboradores. No son por tanto un añadido, sino un elemento sustancial.

Nuestra primera reunión de ayudantes de Biblioteca pues, continua viejas tradiciones y rememora la fundación o refundación de nuestra biblioteca.  Año tras años hemos ido creando una pequeña tropa de lectores y guardianes del libro. Creo que esta paráfrasis ayudará a entender la trascendencia del acto.

"En el principio Lola fue nombrada responsable de la Biblioteca. Ésta estaba desordenada y vacía, y las tinieblas de la obsolescencia la convertían en la faz del abismo. Y atardeció y amaneció: día primero.
 
En el segundo día la Roldán quiso encontrar todas las llaves de las estanterías, rotularlas y encargar las que faltaban. Y así transcurrió el segundo día.
 
En la tercera jornada la bibliotecaria ordenó un expurgo general como nunca antes se había hecho. Las fuerzas del polvo y la oscuridad plantearon batalla, pero Lola los condenó al Hades en cajas debidamente precintadas. Era el tercer día.
 
Tras el cuarto amanecer llegaron las nuevas estanterías del Ikea y se cambiaron de sitio todas las antiguas. Y en verdad la biblioteca parecía ya otra cosa. Era el cuarto día.
 
No hay quinto malo, y en este día se cambió el cableado por completo, se dispusieron las conexiones de internet y se instaló un Abies como Dios Manda. Así paso el quinto día.
 
El sexto día mientras mordisqueaba Lola la manzana de los recreos dijo "Haya un pulular de alumnos en la biblioteca que sean ayudantes de biblioteca, que formen grupos de lectura o que simplemente vengan a leer". Y vio que aquello estaba en verdad bien.
 
Por último el séptimo día comenzó a fabricar tejuelos con la ayuda de sus alumnos y ya no paró."




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