476
páginas
Autora: Shelby Mahurin
Título: Asesino de Brujas – La Bruja Blanca (Serpent & Dove)
Fantasía, Juvenil, Magia
Editorial: Puck
476 páginas
La Bruja Blanca es el
primer tomo de una trilogía Asesino de Brujas. Le siguen Los Hijos del Rey y
Dioses y Monstruos, todos ellos publicados en castellano.
La historia tiene como escenario el reino
imaginario de Belterra, un trasunto de la Francia medieval. El personaje
principal de la obra es Lou (Louise le Blanc), una bruja blanca que junto a su
amiga Coco se esconden para sobrevivir puesto que las hechiceras son
perseguidas y si son capturadas acaban en la hoguera. Precisamente, en la ciudad se encuentran los chasseurs,
que son una orden vinculada con la iglesia que se dedica a atrapar brujas.
Tienen la capacidad de oler la magia así que las hechiceras no pueden usarla si
quieren pasar desapercibidas. Debido a una serie de acontecimientos cuyo relato
es largo de contar, Lou para salvar su vida no encuentra otra solución que acabar
casándose con Reid (Reid Diggory), un cazador de brujas que entra en su vida. Él
desconoce que su flamante esposa es una bruja así que la relación entre ellos
va a resultar más que complicada. Además, no se trata de un matrimonio de
conveniencia. Lou no tarda en enamorarse hasta los huesos de su esposo (y
enemigo) y Reid está igualmente colado por su encantadora mujercita. Eso sí, no
sabemos si en su caso ese amor seguiría si descubriera la verdadera naturaleza
de su cónyuge.
Uno de los aciertos de la novela es que está
narrada desde los puntos de vista de dos personajes: Lou y Reid. Así de este
modo el lector puede conocerlos mucho mejor a los dos y entender la forma de
ver el mundo de cada uno.
Los personajes principales aparecen bien
perfilados, experimentan flaquezas y van evolucionando a lo largo del relato.
Destaca en este camino la figura de Reid que poco a poco intenta resolver sus conflictos
internos, llegando a cuestionar sus creencias.
La narración no se entendería sin la
intervención de una serie de personajes secundarios: Coco, la mejor amiga de
Lou, una bruja «de sangre». También cabe mencionar al tierno y apuesto Ansel,
aprendiz de chasseur y entusiasta admirador de Reid. Luego tenemos al taimado
Arzobispo, un ser detestable, perseguidor de brujas y que desempeña el papel de
«malo de la película».
El relato procura ser ágil y espera ser adictiva.
Explica de forma muy sencilla el mundo y la magia que hay en él, los diferentes
tipos de brujas que hay y el sistema de magia. Todo está contado de forma clara
y progresiva, procurando no aburrir al lector.
Este libro se ha vendido muy bien y ha gozado
de buenas críticas, naturalmente de los amantes del género de la fantasía
juvenil. Eso sí, aun dentro de este colectivo ha cosechado algunas decepciones.
Entre los defraudados se encuentran los que creían que la obra iba a centrarse
más en la magia y en la persecución de los asesinos de brujas y éstas, pero ha
resultado ser un libro donde predomina el romance. Por tanto, el sistema de
magia no queda todo lo claro que la narración exige. Algunos lectores no han entendido
bien los poderes que poseen las brujas ni cuales son las leyes que imperan en este
mundo de fantasía.
Otro punto de controversia gira en torno a la
reivindicación del mensaje feminista que vemos a lo largo de todo el libro. Para
algunos, entre ellos la autora y la editorial, Lou es una mujer empoderada, libre
al decidir y, sobre todo, al decidir vivir libremente sin la necesidad de
depender de un hombre. En el otro extremo se encuentran los lectores que creen
que estos argumentos no son necesarios en la trama y que obedecen más al deseo
de la autora de figurar como defensora de los derechos de la mujer. Hay, pues,
interpretaciones contrapuestas. Desde luego, sorprende que este ejemplo de libertaria se vea obligada a
contraer matrimonio con su perseguidor y, encima, a mantenerlo engañado.
En fin, La Bruja Blanca es una obra
que se ajusta a los tópicos del género, lo cual no debe interpretarse como malo
o mediocre, sino que únicamente que se
ajusta a la preceptiva literaria y que no trata de engañar a un lector, que,
por su parte presiente, el tipo de libro que tiene entre las manos. Se trata,
por tanto, de una lectura recomendable para los amantes de la fantasía juvenil y
del romance para adolescentes.
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