Llegan, al fin, las vacaciones de Semana Santa, y muchos alumnos nuestros la esperan no para descansar sino para participar en esta representación, en este drama. Algunos llevan más de un mes ensayando con sus costales y sus trabajaderas, desde esa igualá que se presenta como el embarque a la Cuaresma. Otros tantos han pasado horas y horas montando el paso primero y adornándolo después, transformando nuestras iglesias en vistosos astilleros, pues no de otra forma que galeones engalanados y listos para zarpar se nos muestran los pasos el domingo de ramos.
Es entonces cuando se incorporan a esta pía escuadra la tropa de pertigueros y acólitos. Finalmente se unen al cortejo esas bandas de música en las que milita medio instituto, o eso es lo que parece. Esa Andalucía que lo hace todo a lo grande, que encuentra en la ostentación la razón de existir y que amalgama lo culto y lo popular, a los potentados y a los jornaleros y a devotos y a descreídos, se desborda y lo llena todo en la semana que ya se avecina.
Según nuestra costumbre, cerramos este trimestre con la publicación de alguna poesía dedicada a la Pasión de Cristo o a las representaciones de la Semana Santa. La literatura hispana es pródiga en estas composiciones en las que el creyente apreciará el fervor y el libertino no dejará de valorar el sentimiento con los que fue escrito.
Sobre el
proceso de selección de estas poesías, debemos indicar que cada uno crea su
propio parnaso con sus autores preferidos y con el paso de los años consulta
cada vez menos las novedades y vuelve, no sin delectación, a estos, a los que
considera sus clásicos. Pero si los ha escogido con criterio, comprobará que
cada uno es un mundo y que su producción es inabarcable.
Tal es nuestra relación con Aquilino Duque.
Hasta hace bien poco desconocíamos su labor como poeta (y de los buenos, no
queremos dejar de remarcar). Mucho menos podríamos sospechar que la Semana
Santa sevillana ocupa una buena parte de sus versos.
Lo cierto es que ha dedicado inspiradas
composiciones a la Macarena, la Amargura, el Cachorro y la Esperanza de Triana.
Allá por 2021, en un coloquio sobre las cofradías y las letras, se atrevió a
declamarlas. Fue entonces cuando confesó que había quedado "deslumbrado
desde la infancia" por la Semana Santa. Si bien, precisó, fue, nada menos,
que Joaquín Romero Murube el que lo
inició en el ambiente cofradiero. Aquella entrada sucedió una noche en San Juan
de la Palma entre versos del Poema de la Saeta, de Federico García
Lorca. Y tras esta revelación añadió lo siguiente: "Nunca he sido cofrade y sólo soy hermano
de la Virgen del Puerto de Zufre".
El Poema “El Cachorro en el Puente” es su
obra más conocida. En el mundo cofrade más que conocida es “mítica”. Pocas
composiciones poéticas han calado tanto entre esa gente que suponemos ignorante
e iletrada. Se supone que Aquilino la escribió en 1958, aunque esa es la fecha
de impresión del libro en el que figura, el poemario la Calle de la Luna.
El cachorro en el puente
Esta noche, Manuel, tú sobre el puente,
tú sobre el río, prometiendo abrazos
que nunca habrás de dar porque no puedes,
porque un madero y unos clavos dicen
que nadie es libre de morir su muerte.
Esta noche, Manuel, tú sobre el río.
Quién te puso corona de saetas,
Cachorro de Sevilla...
Quién pudo hacerte interminable el
tránsito...
Hoy no se pasa: aquí muere Sevilla
mientras tu silueta va en el río
caminando otra vez sobre las aguas...
Y ya tu pelo, nebulosa trágica,
río de miel lentísimo,
va velando la muerte que te vela.
Trono moreno de Judea, pasa.
Pasa, Manuel, tuyo es el Viernes Santo,
tuyos son estos ojos que te lloran,
esta voz que te canta,
esta espuma de estrellas andaluzas.
Sigue pasando, alzado y ofrecido.
Esta noche, Manuel, tú sobre el puente.
Quién te trajo hasta mí, quién levantaba
tu belleza, tu cuerpo como un río,
lanza de luz nocturna en el costado...
Quién pudo hacer que el último suspiro
de tus labios se dé a cada momento,
desde no sé qué siglos hasta ahora,
hasta ahora, para ir diciendo al mundo,
para ir diciendo al tiempo: Así se muere.
Así mueren los Hombres.
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Los alumnos son Daniel Jiménez del 1.º del SMR, Ainara Blázquez del 3.º
de ESO “B” y Diego Beret del 1.º del ESO “B”,
La fotografía la hemos encontrado en la
plataforma flickr. Su autor es José RL y su título es El Cachorro por el
Puente de Triana.
https://www.flickr.com/photos/joserl/16841470648/in/photolist-rEdWtA
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