miércoles, 8 de noviembre de 2023

Los Inmortales de la Biblioteca

 

Establecidos desde aquellos tiempos míticos en que Lola Roldán organizaba la biblioteca, el pequeño ejército de alumnos colaboradores de la biblioteca se ha ido renovando desde entonces y ha acabado por convertirse en una de sus señas de identidad. Como la guardia real de los aqueménidas su reemplazo es tan inmediato que se produce la ilusión de que permanecen para siempre. Y como los soldados persas, también han acabado por convertirse en un cuerpo de élite en el que refulgen nuestros mejores lectores.

Las restricciones del COVID impidieron que fueran convocados en los cursos 2020-2021 y 2021 – 2022. Pero en el curso anterior ya se pudo restablecer su ejercicio. En el presente año académico la avalancha de voluntarios ha superado todas las previsiones. Hemos tenido que recurrir a un proceso de selección y hasta hemos establecido un grupo de reserva.

En principio, los ayudantes de Biblioteca se reclutan del primer ciclo de la ESO. La estimación que los alumnos de este nivel muestran por los libros y la biblioteca se debe, en gran medida, a la fructífera labor de animación a la lectura desarrollada en los colegios de Écija. Desde aquí queremos hacerlo notar y agradecerlo, pues nos facilita enormemente esta labor de selección y otras muchas tareas.

 Una biblioteca escolar más que un modelo de continuidad es un paradigma de sucesión a partir de pequeños y continuos cambios, evidencia que ya hemos demostrado más de una vez. No escapa a estas modificaciones nuestro listado de ayudantes, por lo que señalamos que no podemos garantizar su vigencia.

Este es el listado actualizado de alumnos ordenados por cursos:

1.º de ESO “A”

     Daniela Alé Úbeda

Elena Cano Luque

Nerea Reina Tejada

Jesús Javier Rodríguez Gutiérrez

1.º de ESO “A”

     Sofía Carrasco

1.º de ESO “D”

Ángela Lozano Rodríguez

1.º de ESO “E”

Diego Beret Skaloudova

Daniel Candel López

Domingo Núñez Muñoz

Abril Pastrana Ortega

Pablo Rojo Rabadán

Marta Rodríguez Hedrera

Daniela Romero Rosa

2.º de ESO “A”

José Ramón Aguilar

2.º de ESO “B”

     Ángel Carmona Morillo

     María Moral Sánchez

     Adrián Rodríguez

     Emilio Rubio Cano

     Alba Villaécija

Se procura que coincidan en el mismo día compañeros y/o amigos para que puedan realizar su trabajo de forma más cómoda. Por ello, la asignación de  días para su servicio es una tarea que resulta más compleja de lo que pueda parecer. En el momento de escribir estas líneas el reparto es el siguiente:

Los Ayudantes de Biblioteca no son los únicos alumnos colaboradores de nuestra institución. Existen un sinnúmero de tareas para las que se necesita la dedicación de otros alumnos. Hablamos de  colocar carteles y avisos (y también retirarlos), transformar la biblioteca para algunas celebraciones y para volverla a quedar como estaba. No olvidemos la participación como figurantes en las efemérides que lo precisan. Dejamos para el final la ingrata tarea de repartir las citaciones clase por clase de los alumnos que se demoran en el préstamo, pierden el carnet de lector y otras incidencias que por tediosas que puedan parecer señalan que nuestra institución funciona como un reloj.

Por tanto, nuestra Biblioteca posee, como los ejércitos de la Antigüedad, un ordenado cuerpo de élite, pero también un conjunto de tropas auxiliares cuyos cometidos resultan de lo más diverso, cuya organización de mando se manifiesta, cuando menos, confusa y, en definitiva, cuya descripción escapa a cualquier sistemática. Que su colaboración resulte ocasional señala que, precisamente, su labor es más que oportuna y que a lo largo de lo que llevamos de año, por poner un ejemplo, su labor ha sido clave para sacar nuestros proyectos adelantes.

A estas alturas de nuestro discurso la comparación entre Ayudantes y Colaboradores parece imponerse, pero no la encontramos pertinente. Los primeros no prestan su tiempo, doblemente valioso, porque es el tiempo del recreo y los segundos se encuentran disponibles el resto de la jornada escolar. Ambos nos resultan necesarios y sus labores se complementan. Únicamente que los primeros gozan de más nombradía que los segundo, pero para eso los incluimos en esta relación.

Una historia de los segundos, estos Irregulares de Baker Street sería muy corta, porque pasan por la historia de nuestra biblioteca sin registro y por tanto sin pena y sin gloria. Lo cierto es que su fundación antecede a la de los propios Ayudantes, pues antes de poner en marcha a la Biblioteca hubo que recurrir a una multitud de alumnos para las tareas más diversas, desde la instalación del cableado al transporte de las estanterías.

Una cosa es segura: ya sea como ayudante, ya sea como colaborador, el esfuerzo de nuestros alumnos sostiene nuestra biblioteca y garantiza su futuro.


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