Tras varios meses con Elvira Lindo, hemos
decidido renovar la sección de lecturas destacadas. Como se recordará, se trata
de una iniciativa que busca remediar la excesiva especialización que presentan
muchos de nuestros alumnos lectores en autores y en géneros. Mostrándole
escritores que alcanzaron la celebridad por su merecido talento y que, además,
gozaron de la estima de los jóvenes lectores, conseguimos que amplíen sus
horizontes y además liberamos a nuestra biblioteca de la esclavitud de las
modas y tendencias.
En esta ocasión no hemos escogido a un
autor, sino a una temática: el mar, las islas, los piratas… Una temática muy
agradecida y muy fecunda añadimos, que se inicia La Odisea y que se perpetúa hasta la recién estrenada La Isla de la Fantasía. Y es que toda Isla produce dos movimientos
opuestos en el espíritu del hombre: la sugerencia de ilimitadas posibilidades,
con el mar por todas partes llamando a la aventura o la claustrofobia a quien
siente las aguas del océano como los muros de una prisión. Recordemos la
predilección del emperador Tiberio por las islas, primero Rodas y después
Capri, sagazmente resuelta por Marañón: en una isla se puede ser todo… todo lo
que se puede ser en una isla.
Entre los autores consagrados y los
clásicos juveniles de nuestra adolescencia que se han inspirados en el mar, las
islas y los piratas podríamos no sólo cubrir el mostrador de la biblioteca,
sino poblar una estantería entera. Pero hemos decidido seleccionar, e
incorporar además a ese venerable corpus obras actuales más desenfadadas y más
cercanas a nuestros jóvenes lectores como Daniele
en la Isla, La Tripulación del Pánico,
o ¡Una de Piratas! A fin de cuentas,
nadie sabe cuál serán los clásicos del futuro.
Esta
es la presentación que Feli González, con la que nuestra coordinadora de
biblioteca, emplaza a nuestros lectores:
¿Seguro que has oído
hablar de “La isla de las tentaciones”?
Nosotros
te proponemos algo mucho más entretenido; te invitamos a viajar a través de
estas páginas por los mares de uno y otro confín, acompañados de los más
singulares acompañantes: piratas bucaneros, capitanes intrépidos, polizones…
Podrás
sumergirte en la lectura de autores clásicos de la talla de Julio Verne o más
actuales como Pau Joan Hernàndez.
No
temas comenzar la singladura, todos ellos te llevarán a lugares exóticos y
parajes paradisiacos, y siempre estarás a salvo.
Obras venerables y consagradas, sagas a lo
Emilio Salgari, revisiones contemporáneas más o menos irónicas, todo este
piélago de obras ha alimentado a una legión de ilustradores, autores de
historietas, guionistas de series de televisión o películas… una inabarcable
galería visual que dilata el universo creativo de los autores y que sirve para
atraer a lectores, señaladamente a los más jóvenes.
Entre estos intérpretes de las ensoñaciones
marineras e insulares de los escritores más afamados, hemos escogido para
exornar esta entrada al inspirado Newell Converse Wyeth. Para empezar, el lector podrá admirar como
algo tan humilde como las guardas de un libro se transforman en un admirable
poema, tapiz, composición abstracta sobre el mar y sus grandezas. Se trata de
la obra El Ático de Blair de
publicada por Joseph Crosby Lincoln en 1929. En el mismo año ilustró Wyeth una Odisea de la que escogemos la imagen que
nos sirve de colofón: Un impresionante Ulises que por su pose recuerda
inevitablemente a Jesús en la cruz o San Sebastián en la columna y que se
encuentra como embebido en un éxtasis al que no llegan las monotonías de los
remeros ni las tentaciones de las aladas sirenas. Leer, descubrir, navegar, tal
vez soñar.
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